Fútbol

Javier Aguirre deja de ser indiscutible en el Mallorca

Los últimos resultados adversos, con dos puntos de quince, y el pésimo juego del equipo siembran dudas sobre el técnico mexicano

Javier Aguirre protesta una decisión del árbitro en el partido contra el Betis.

Javier Aguirre protesta una decisión del árbitro en el partido contra el Betis. / Efe

Redacción

Lo que hace poco más de un mes era una corriente de opinión prácticamente unánime en el Mallorca a favor de Javier Aguirre, todo ha cambiado en los últimos partidos, con solo dos puntos de quince posibles. Estos malos números, unido al pésimo juego del equipo, ha provocado que el técnico mexicano haya dejado de ser indiscutible tanto para la cúpula de la entidad como para los aficionados, cada vez más decepcionados con las escasas prestaciones de los jugadores.

El Mallorca y Aguirre, por medio de su representante, iniciaron negociaciones el pasado mes de enero para prolongar el contrato. En principio, el club le ofrecía dos temporadas, pero el de Ciudad de México prefirió retrasar las conversaciones para cuando el curso estuviera más avanzado o, incluso, hasta que la permanencia no fuera un hecho. Pero todo ha cambiado. El club, que sigue convencido de que Aguirre sigue siendo la persona idónea para lograr la salvación, no está tan convencido de que sea la apuesta para la próxima temporada. 

El ninguneo a Morlanes es el mejor ejemplo de la falta de sintonía entre el entrenador y la dirección deportiva

El bajón del equipo es evidente. El máximo responsable de la plantilla no da con la tecla y su plan establecido, el único en su libreta, no tiene recambio. Lo que en la primera vuelta todo salía de cara, con goles en propia puerta de los rivales (Real Madrid) y en el último minuto (Valladolid), ahora todo se ha girado en contra. Con 22 goles, el Mallorca es uno de los equipos que menos ven puerta de la categoría. Si a ello se une que la efectividad en defensa ha descendido varios grados -aunque los 27 goles encajados sigue siendo una buena cifra, a uno por partido-, se explica el mal momento por el que atraviesa.

En el juego de construcción, los jugadores desesperan. Han conseguido que en los dos últimos partidos, ante el Betis y Osasuna, no hayan conseguido tirar entre los tres palos en todo el partido. Y así es muy difícil sumar de tres en tres.

Aguirre no tiene alternativas. Siempre juegan los mismos y su confianza en la mayoría de los jugadores que se sientan cada jornada en el banquillo es prácticamente nula. Jugadores como Grenier, Ángel, Hadzi y Morlanes, entre otros, no entran en sus planes, como demuestra en cada partido. Muriqi, en baja forma, ha dejado de ser determinante, lo que acusan sus compañeros, y Galarreta, comprometido con el Athletic para la próxima temporada, no es el cerebro de la primera vuelta.

La falta de sintonía entre el entrenador y la dirección deportiva, representada en Pablo Ortells, es evidente. Y queda reflejada en la ausencia de minutos de Manu Morlanes, un jugador por el que el club deberá desembolsar cuatro millones de euros al Villarreal en el caso de que se consiga la permanencia. Inédito en todos los partidos menos en uno, está claro que el centrocampista maño no es del agrado del veterano entrenador, lo que no es un problema menor en el caso de que finalmente el club decida apostar por su continuidad.

Los tres próximos partidos, en Valladolid y Vigo, ante el Celta, y la visita del Getafe el día 23, marcarán el futuro

Siempre confía en los mismos, aunque algunos muestren una evidente baja forma, como el propio Galarreta, Muriqi o Jaume Costa. El nerviosismo por la ausencia de una victoria cada vez más necesaria que catapultaría al equipo se deja ver en la actitud de algunos jugadores. No es casualidad que Copete, expulsado el viernes a falta de 20 minutos, perdiera los nervios cuando abandonó el terreno de juego, lanzando las espinilleras al cuarto árbitro; o que Muriqi, alabado por sus compañeros por su compromiso tanto fuera como dentro del terreno de juego, dejara visiblemente molesto el campo cuando fue sustituido en el minuto 75, una actitud reprobable por la que pidió disculpas en el vestuario, según explicó Aguirre.

La situación a nivel de clasificación sigue siendo relativamente tranquila, con seis puntos sobre el descenso, pero el panorama no invita al optimismo si el equipo no muestra signos de mejoría, con los dos próximos partidos a domicilio, Valladolid y Celta, y la visita del Getafe a Son Moix el 23 de abril. 

El Mallorca entra en la fase decisiva del campeonato con muchas dudas en su propuesta de juego y la certeza de que Javier Aguirre ha dejado de ser indiscutible.

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