PRIMERA DIVISIÓN

Mejoría insuficiente del Mallorca fuera de Son Moix

El conjunto bermellón encadena su quinta derrota a domicilio en LaLiga frente a un Espanyol que se encomendó en la figura de Braithwaite para tomar impulso en la tabla

Kadewere presiona a Montes en la salida de un balón.

Kadewere presiona a Montes en la salida de un balón. / RCDM

Elena García

Elena García

El 'deja vú' de siempre. El quinto ya consecutivo. El Real Mallorca volvió a caer fuera de casa (2-1) y lo hizo ante un Espanyol inspirado por su delantero Martin Braithwaite, autor de los dos tantos del conjunto catalán. El acierto del danés desdibujó la obra de arte que firmó Muriqi al filo del descanso y con la que el equipo bermellón consiguió marcharse al descanso con las tablas en el marcador.

Sin embargo, los errores del equipo en la salida del balón volvieron a condenar a los de Aguirre. Rajkovic erró de manera clamorosa en el primer tanto local y la defensa rojilla se mostró imprudente en el segundo. El equipo, que algo mejoró su imagen lejos de Son Moix, tarea no muy complicada dados los precedentes, no ha conseguido sumar ni un solo punto en sus cinco últimos desplazamientos y da alas a un Espanyol que coge aire en la tabla.

Javier Aguirre optó por dar continuidad al once que asestó el triunfo más holgado del curso el pasado sábado ante el Villarreal, con las únicas novedades de los dos compañeros de baile de Antonio Raíllo. Valjent, que volvió a decepcionar, y Nastasic formaron en el once en detrimento de Gio González y Copete. Además Tino Kadewere encadenó su segunda titularidad en la zona ofensiva. Por su parte Diego Martínez optó por reservar a su máximo goleador, Joselu, y apostó por Braithwaite y Puado, con el mallorquín Sergi Darder como enganche.

El Mallorca mostró desde el arranque una imagen muy diferente a la que tiene a su afición acostumbrada lejos de Son Moix. Los rojillos no dejaban asomar la cabeza a un Espanyol hosco e introvertido, mientras que los pupilos del técnico mexicano, cómodos como nunca fuera de casa, mostraron una versión desenfadada. Los catalanes esperaban el contragolpe, mientras los mallorquines, a través de Dani Rodríguez, probaban suerte, a los once minutos, con un disparo desde la media luna que se fue rozando el palo.

Avisó el Mallorca, pero quien definió fue el Espanyol, ayudado, eso sí, por un tremebundo error del que nunca suele errar. Rajkovic se quedó corto en un pase a Nastasic en la salida del balón y Aleix Vidal aprovechó la mala entrega del guardameta serbio para robar el esférico, jugarlo raso y en corto para Braithwaite, que definir este sin oposición para poner el 1 a 0 en el marcador (min. 22)

El conjunto local se blindó atrás tras la consecución del gol y elevó el nivel ante un Mallorca que empezó a sentirse no tan cómodo. Al paso por la media hora de partido, Puado pudo poner el segundo, tras un buen centro de Darder en el lanzamiento de una falta, sin embargo fue Muriqi el que respondió con una obra de arte, un golazo de escándalo, que firmó al filo del descanso.

El kosovar recibió una asistencia desde la izquierda de un inspirado Dani Rodríguez y la empalmó de primeras y desde fuera del área con el interior del pie para clavarla en la escuadra, imparable para Pacheco. El delantero bermellón enmudeció al RCDE Stadium y con su décima diana del curso demostró que, además de ser bueno por arriba y bajando balones, también tiene un espléndido toque de balón.

Los bermellones celebran el tanto de Muirqi, anotado al filo del descanso.

Los bermellones celebran el tanto de Muirqi, anotado al filo del descanso. / RCDM

Poco le duró la alegría al conjunto bermellón. Acababa de arrancar la segunda parte y un nuevo error del Mallorca en la salida del balón dejó de nuevo a Braithwaite solo ante Rajkovic. El danés solo tuvo que cruzarla para volver a poner a los suyos por delante en el luminoso (min. 51). Aguirre fue amonestado por protestar una posible falta de Darder sobre Kang en el arranque de la jugada, un empujoncito que ni el colegiado ni el VAR consideraron suficiente para anular el tanto.

El Espanyol siguió gustándose, mientras el Mallorca pareció encomendarse a otro minuto de inspiración de Muriqi para igualar la contienda. Puado obligó a exhibirse a Rajkovic en un disparo a bocajarro, mientras que el equipo rojillo dijo también la suya a través de las botas de Ángel, a quien, en la primera pelota que tocaba, le cayó un balón muerto en el interior del área.

El partido tomó unos tintes que no le convenían para nada al Mallorca en los últimos instantes. Rajkovic fue pidiendo a gritos una tarjeta que finalmente acabó viendo y los bermellones pidieron un posible penalti sobre Amath, en el que el colegiado del partido no vio absolutamente nada. Al final la historia acabó como siempre. Con una nueva derrota a domicilio, en esta ocasión un tanto más peleada y que volvió a dejar el sabor amargo al que el conjunto bermellón nos tiene tan acostumbrados fuera de Son Moix.