Primera División

El Espanyol, un viejo rival del Real Mallorca

El descenso a Segunda en la temporada 62/63, el ascenso en la 88/89 o los piques entre Moreno y Luis García marcaron las peleas, que mañana vivirán un nuevo capítulo, entre los bermellones y los ‘pericos’ en el pasado

La jugada más polémica en el partido de la primera vuelta en un  claro penalti no señalado de Oliván sobre Ángel.

La jugada más polémica en el partido de la primera vuelta en un claro penalti no señalado de Oliván sobre Ángel. / MANU MIELNIEZUK

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Los partidos entre Real Mallorca y Espanyol ya no son uno más. Sin exceder la competencia deportiva, la fuga de Vicente Moreno al banquillo blanquiazul cuando el descenso de los bermellones no era matématico o los dardos en rueda de prensa entre Luis García y el de Massanassa durante la batalla por el ascenso en la temporada 2021/21 reavivaron una rivalidad que ya vivió sus momentos álgidos en el pasado. Mañana, en el RCDE Stadium (14 horas/Gol-Dazn) se vivirá un nuevo episodio de esta guerra entre dos equipos que iniciaron las hostilidades hace ya 60 años. 

En el curso 1962/63, el conjunto perico fue el encargado de descender al Mallorca a Segunda División. El cuadro catalán finalizó segundo en el Grupo 1 y disputó la promoción de ascenso ante los bermellones, que acabaron el decimotercero en Primera, perdiendo la eliminatoria –que necesitó de un partido de desempate– y consumando el descenso a Segunda. 

El conjunto rojillo tuvo que esperar 26 años para consumar su revancha, hasta el curso 1988/89, cuando los bermellones, con Serra Ferrer en el banquillo, regresaron a Primera tras derrotar al Espanyol en la promoción.

Muchos años han pasado ya de aquellos dos encuentros y las aguas se calmaron en ambos bandos, pero con el descenso a Segunda de ambos equipos en el curso 2019/20 la rivalidad volvió a encenderse. Poco tiempo antes de que el Mallorca perdiera matemáticamente la categoría, se anunció que Vicente Moreno, en ese momento técnico bermellón, se haría cargo del conjunto blanquiazul el siguiente año, algo que cayó muy mal entre el mallorquinismo, que se encargó de recordárselo la primera vez que pudo tras la pandemia con pancartas e insultos. 

A pesar de la titánica Liga que disputaron los dos, alcanzando los 85 puntos y ascendiendo de manera brillante, los mensajes envenenados de uno y otro lado no cesaron en toda la temporada. La insinuación de Moreno sobre favores arbitrales a favor del Mallorca no sentaron nada bien a Luis García, que respondió con ironía al afirmar que «les había salido un competidor».

Un desplante del valenciano, evitando dar la mano al final del choque que enfrentó a ambos equipos ya en Primera o afirmar sentirse partícipe del ascenso bermellón fueron los siguientes ingredientes que sirvieron para calentar los próximos encuentros entre ambos. 

Cuentas pendientes

Con ya ambos técnicos fuera de ambos equipos, queda el remanente de esa vieja rivalidad que resucitó. La marcha de Oliván al Espanyol tras no renovar en la isla fue el último capítulo. Ahora, el Mallorca navega con tranquilidad por la zona media, mientras que el Espanyol pelea por escapar de la zona de descenso. En la primera vuelta, en uno de los mejores partidos de los bermellones, el encuentro acabó con empate a uno tras no señalar Díaz de Mera un claro penalti del lateral catalán sobre Ángel en el minuto 88. 

Mañana la rivalidad vivirá un nuevo episodio en el que el Mallorca tratará de romper el maleficio a domicilio en 2023, donde solo ha perdido y no ha marcado, para acercarse todavía más a una permanencia matemática que cada vez está más cerca y con ganas de mirar hacia arriba.

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