Opinión

Una victoria de muchos quilates

Galarreta pugna por una pelota durante el partido

Galarreta pugna por una pelota durante el partido / RCDM

Toni Ruiz

Nuevo triunfo, y ya van cuatro en lo que va de Liga, del Mallorca por uno a cero. Esta vez ante un rival que persigue también con desesperación huir de la zona de descenso como el Celta. Es un triunfo de muchos quilates, porque se logró contra un equipo que tiene argumentos para hacerle daño al Mallorca, y no solo con Iago Aspas, que demostró por qué es el delantero que más situaciones de gol provoca, a la par que su equipo no logra aprovecharlas.

El planteamiento inicial de Aguirre se estrelló contra la realidad de un rival, escarmentado de recibir goles y que esperó con tres centrales también. El Mallorca no supo en ningún momento cómo echarle el diente a esa zaga, sobre todo porque Amath demostró que no es para nada un clon de Kang in Lee, sino más bien un roto para el descosido que supone no contar con el coreano. El centro del campo en la primera mitad fue más celeste que rojillo, pero las ocasiones de gol escasearon.

Tras el descanso el mexicano se decidió a intervenir y cambió por completo el panorama. Las entradas de Grenier y Kadewere le cambiaron la cara al partido y el Mallorca se fue en busca del tesoro del gol. Dani por fin volvió a ser decisivo y colocó a su equipo donde se siente a gusto, con ventaja en el marcador y con la misión de defender el cero. Y en eso una vez más han demostrado ser unos maestros. Qué sería de este equipo si tuviera más eficacia goleadora. Nada importa si se suman victorias como las de ayer que valen su peso en oro.

Estar situado, anoche, a nueve puntos de la zona de descenso y a solo tres de la zona que tiene como premio jugar competiciones europeas, es algo que ni el más optimista de los aficionados del Mallorca soñaba a estas alturas. Pero es real.

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