PRIMERA DIVISIÓN

Cuentas claras y el chocolate espeso, por Gabriel Forteza

Muriqi disputa un balón en el partido de este viernes frente al Celta de Vigo.

Muriqi disputa un balón en el partido de este viernes frente al Celta de Vigo. / LaLiga

Cuando Javier Aguirre llegó al banquillo mallorquinista la pasada temporada, el Mallorca estaba a nueve partidos del final del campeonato con unos escasos 26 puntos. Ahora, ya ha alcanzado la cifra de 25 y se encuentra a un partido de acabar la primera vuelta, es decir, está a once partidos de aquella llegada en el pasado ejercicio. ¿Quiere esto decir algo más de lo que dice? Pues dice, simplemente, que las cuentas están claras y que lo que debe estar espeso es el chocolate, como dice una frase recurrente para estos casos.      

Siempre habrá quien diga que le gustaría que el equipo jugara mejor y más bonito; pues sí, yo también lo pienso. Siempre habrá quien considere que durante los partidos, o durante muchas fases de los mismos, se aburre; pues creo que nos pasa a muchos, pero, yo pregunto: ¿sería más divertido jugar más bonito y perder la categoría? ¿se puede jugar mejor y en consecuencia ganar más y tener más puntos si cabe? Pues también, seguramente. Pero quizá el Mallorca de esta década no disponga de argumentos para hacer tantas cosas y, de momento, la que tiene que hacer, la hace bien, es decir, ir sumando para alcanzar el objetivo, que no es otro que la permanencia, sin agobios, dramas e incertidumbres que pasen factura al corazón de los sufridos aficionados. Lo dicho, de momento las cuentas claras y el chocolate espeso.

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