Fútbol

Un zarpazo de Dani Rodríguez da el triunfo al Mallorca

Los bermellones tumban a un buen Celta gracias a un gol del 'Tigre' de Betanzos en un partido en el que Aguirre dio con la tecla para mejorar a su equipo, con la entrada de Grenier en la segunda parte, tras una discreta primera mitad - Tienen más de media permanencia en el bolsillo tras alcanzar los veinticinco puntos en la jornada dieciocho (1-0)

Dani Rodríguez celebra el gol que ha marcado ante el Celta.

Dani Rodríguez celebra el gol que ha marcado ante el Celta. / rcdmallorca

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

El Mallorca ya tiene más de media permanencia en el bolsillo. Por eso esto no es una alegría más. Un zarpazo de Dani Rodríguez tumbó a un buen Celta para catapultar en la clasificación a su equipo justo cuando más lo necesitaba (1-0). Después de una floja primera parte, Aguirre dio con la tecla en la segunda para que los bermellones elevaran su nivel, sobre todo con la entrada de Grenier, y que el ‘Tigre’ de Betanzos marcara las diferencias.  

Los veinticinco puntos que acumula en la tabla cuando todavía queda una jornada para acabar la primera vuelta son una renta extraordinaria, que cualquiera hubiera firmado en julio, y que explica que las cosas se están haciendo muy bien. Es la tercera victoria seguida en un Son Moix que anoche desafió al frío y que se está empezando a convertir en un fortín. Fue el mejor regalo posible para los 12.253 espectadores que acudieron al estadio soportando una temperatura que no superaba los seis grados. 

Este oxígeno era más que necesario después de haber perdido ante Osasuna (1-0) y haber quedado apeado en la Copa del Rey frente a la Real Sociedad (1-0), sobre todo porque en la próxima jornada visita a otro rival directo, el Cádiz. El parón por el Mundial no le sentó nada bien, pero haber vencido a los celestes se antoja fundamental para mirar hacia el futuro con la tranquilidad de tener un buen colchón con los de abajo -puede acabar la jornada con ocho puntos sobre el descenso- y, sobre todo, con la conciencia de que si mantiene sus señas de identidad, es muy difícil de batir.

El Mallorca empezó queriendo la pelota desde el principio y combinando con criterio, por algo jugaba en casa, pero fue un espejismo. Tardó poco el Celta en cambiar la dinámica del partido. Y no fue con ocasiones claras, pero obligó a los locales a ir retrasando su posición casi sin querer hasta el punto de que dio la impresión de que se había olvidado de atacar. 

Larsen probó fortuna con un tiro que se marchó fuera y después fue Dani Rodríguez, que tras un centro de Costa lo intentó con un testarazo que blocó Marchesín. Los rojillos estaban espesos, con jugadores desaparecidos y sin ideas para hacer daño arriba. Y esto sucedía con Galarreta sobre el césped, un dato que preocupaba porque, si no se notaba la presencia del eibarrés, es que el problema era importante. Gabri Veiga asustó con un buen chut desde la frontal que atrapó Rajkovic, pero todavía más Iago Aspas. El de Moana, qué bueno es, recogió la pelota en el centro del campo y chutó ligeramente desviado, pero el aviso estaba dado. Las sensaciones que desprendía el Mallorca eran malas y a Aguirre no le estaba gustando nada, tal y como demostró al ordenar que Kadewere y Grenier calentaran incluso antes del final de la primera parte.

El mexicano sentó a Baba, que tenía una amarilla y estaba acelerado, y a un Amath que desaprovechó su oportunidad tras la ausencia por sanción de Kang In Lee. Y se notó desde el principio. Es cierto que los baleares llegaban con más peligro, pero el miedo lo despertó Larsen, primero con un chut desviado, y sobre todo después Veiga, que con la zurda obligó a Rajkovic a lucirse parando en dos tiempos. No obstante, la realidad es que el Mallorca estaba mejor, con un Grenier enchufado y que empezaba a asociarse con Galarreta para dar otro aire al centro del campo, con más equilibrio. Y eso fue la clave del éxito. Muriqi tiró alto tras una buena combinación con Kadewere y antes Maffeo chutó en el interior del área y se topó con un central. Sin embargo, esto ya era otra cosa. Aguirre había acertado con los cambios y esto se tradujo en el marcador. 

Galarreta se sacó de la chistera un extraordinario pase de treinta y cinco metros a Maffeo, que se internó en el área y su centro, al que no llegaron los delanteros y Mingueza extrañamente dejó pasar, lo recogió Dani Rodríguez llegando desde atrás para definir de forma magistral. Su remate fue impecable para poner el 1-0 en el electrónico, todo un regalo para su equipo y para el de Betanzos, que necesitaba un subidón así porque estaba lejos de su mejor versión. Quizá por eso se emocionó tanto cuando lo celebró con sus compañeros. 

Este tanto también supone un guiño para Maffeo, que tras su lesión el 28 de octubre frente al Espanyol, y de la que se recuperó en un mes y medio, había bajado sustancialmente su rendimiento. El catalán es una de las mejores armas del Mallorca, por algo es una buen noticia que diera estos síntomas de mejoría.

Carvalhal movió el árbol con un triple cambio, con Óscar Rodríguez, Paciéncia y Carles Pérez. Precisamente este último demostró su hambre nada más entrar. Reclamó penalti de Nastasic tras colarse con gran velocidad en el área y después puso en aprietos a Rajkovic, que despejó un tiro muy fuerte del ex del Barcelona. El portero serbio siguió teniendo más trabajo con un violento chut de Aspas que repelió como pudo. 

El Celta estaba demostrando que quería empatar y el Mallorca era consciente de que iba a sufrir. No quedaba otra. Galán, que acababa de entrar, sirvió un gran centro que Raíllo sacó de forma providencial cuando Paciéncia estaba preparado para rematar a placer. Los vigueses pasaron a jugar con cuatro defensas para poblar más su ataque ante un adversario que supo resistir con mucho oficio hasta el final. Este triunfo es oro.