Copa del Rey

Un Mallorca ramplón se despide de la Copa del Rey

Una terrible primera parte, con un inicio de pesadilla, condena a los bermellones y les deja fuera ante una Real Sociedad a la que le bastó el gol de Navarro a los cinco minutos -Aguirre puso en liza a un once plagado de suplentes y que deja muy tocado a futbolistas como Cufré, Antonio Sánchez o Ángel

Antonio Sánchez intenta llegar al balón ante Oyarzábal y Mikel Merino.

Antonio Sánchez intenta llegar al balón ante Oyarzábal y Mikel Merino. / Javier Etxezarreta

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Una primera parte para olvidar, con cinco minutos de pesadilla, dejaron fuera al Mallorca de la Copa del Rey tras caer ante la Real Sociedad gracias a un gol de Robert Navarro (1-0). Aguirre apostó por el partido del viernes ante el Celta y los bermellones, que mejoraron ligeramente en la segunda mitad con los cambios, volvieron a evidenciar un grave problema para generar ocasiones ante la meta rival. Un adiós esperado en la previa, pero que escuece por la terrible imagen del inicio y el claro mensaje enviado desde el banquillo bermellón.

Una eliminación que si bien no es ningún drama, deja señalados a muchos jugadores. Cufré, Ángel o Antonio Sánchez tendrán que remar mucho para gozar de minutos con regularidad. La Copa es una ocasión perfecta para tirar la puerta del once titular, pero más bien la reforzaron. 

Con su once, Aguirre dejó claro a qué competición le daba mayor importancia, al contrario que Imanol Alguacil. Un equipo de partida repleto de suplentes con Greif en portería, Gio, Valjent, Gayà, Copete y Cufré en defensa; un centro del campo con Battaglia, Antonio Sánchez y Kang In Lee; y arriba con Kadewere y Ángel.

Y los jugadores, con su actitud, también demostraron no querer la Copa. Porque peor no se puede entrar a un partido. Dormidos, descolocados y superados en todo por una Real a la que le bastó meter un poco de intensidad para comerse a los bermellones. Zubimendi avisó primero a los dos minutos, le siguió Sorloth con un remate por alto y a los cinco llegó el gol de los locales.

El pivote blanquiazul, amo y señor del centro del campo donostiarra, tuvo tiempo de sobra de dibujar un pase, Cufré sorprendentemente marcó por fuera en vez de por dentro –repitiendo la misma jugada varias veces, algo inaudito en un futbolista de primer nivel– y Robert Navarro batió con facilidad a Greif.

Bien tranquilo puede quedarse Jaume Costa viendo el partido del argentino. Si tenía la mínima intención de arrebatarle el puesto o como mucho ganar más minutos, ayer enterró cualquier posibilidad. Terrorífico partido del lateral, que salió en la foto de casi todas las ocasiones locales.

En cinco minutos el trabajo ya estaba hecho. Aguirre, que es quien decidió apostar por un 5-4-1 y una alineación pensando en el Celta, se enfadaba en la banda. Nadie en el campo parecía saber dónde tenía que estar o qué tenía que hacer. Pocas primeras partes más cómodas habrán tenido los hombres de Imanol Alguacil.

En el treinta pudo haber llegado el segundo en un nuevo error grosero en defensa. Otro centro al área, que llegó a botar ante la complacencia de Copete, con Oyarzábal, libre de marca gracias a Cufré, apareciendo en el área pequeña para batir a Greif. Por suerte, el tanto era anulado por un fuera de juego de un pie, pero la imagen de la defensa estaba siendo terrible.

Aguirre observa una acción de Cufré y Brais Méndez.

Aguirre observa una acción de Cufré y Brais Méndez. / Javier Etxezarreta

Lo mejor de todo el partido era que al descanso solo había un gol de diferencia. A Aguirre parecía no disgustarle lo visto y arrancó la segunda mitad sin cambios. Hernández Hernández perdonó la segunda amarilla a Brais por un pisotón que le costó la amonestación a Cufré por una acción similar en el primer tiempo.

El técnico mexicano, viendo que no ocurría nada, quitaba al ex de Vélez y a Kadewere dando entrada a Grenier y Abdón, rompiendo la defensa de cinco y colocando a Copete de lateral improvisado y Kang In de carrilero. Y casi le salió bien la apuesta en la primera jugada.

Un córner botado por el francés, muy entonado en el día de ayer, acabó en él mismo tras un segundo centro al área de Kang In, rematando en dirección a portería, pero la pelota tocó en Copete y pegó en el larguero, en la que fue la ocasión más peligrosa de todo el encuentro, aunque anulada por fuera de juego del central.

Un buen susto para los locales y a partir de ahí la imagen de los bermellones mejoró un poco. Como poco, pisaba con cierta frecuencia el área de Remiro, que ya era mucho. Imanol metía a Kubo en el campo, que se enfrenaba a su exequipo. Con la entrada de Dani, Amath y Maffeo, Aguirre agotó los cambios.

Grenier tuvo una gran ocasión con una volea desde fuera del área muy potente, pero le salió demasiado centrada. El Mallorca, más por inercia que por juego, no renunció a empatar y enviar el partido a la prórroga. El equipo que acabó el partido sí se parecía más a uno titular que al del inicio. Pero el incontable número de faltas hizo impensable que el partido cogiese un ritmo que interesase a los bermellones.

Greif subió a rematar a la desesperada la última  acción del encuentro, pero  sin fortuna.

Greif subió a rematar a la desesperada la última acción del encuentro, pero sin fortuna. / Javier Etxezarreta

Pese a la mejora en la segunda mitad, los bermellones volvieron a acusar su falta de claridad ofensiva y el partido se consumió sin más ocasiones de gol. El Mallorca se despide de la Copa del Rey tras tirarla en una primera mitad bochornosa y levemente corregida en la segunda.  

Toca ahora regresar a casa y pensar en el Celta, un partido que visto lo visto ayer es por el que se ha apostado esta semana y en el que se tendrá que sumar de tres.