Fútbol

Real Mallorca: La zona Abdón

El delantero artanenc se gana con goles decisivos la fama de salvador entre una afición que le idolatra - El canterano saca petróleo, como ante el Valladolid, de los pocos minutos que le conceden los entrenadores

Abdón besa el césped tras el gol ante el Valladolid.

Abdón besa el césped tras el gol ante el Valladolid. / Pere Joan Oliver Orell

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

«Ahora sale Abdón», avisa un aficionado. «Pues ojo que siempre acaba marcando», responde su acompañante. Esto es una conversación ficticia, pero que a buen seguro se produjo el sábado en Son Moix cuando el Mallorca se estaba estrellando ante el Valladolid. Era el minuto 83 y Javier Aguirre ya le había dado la oportunidad a Muriqi, Amath, Kang y hasta a Kadewere, que debutaba en casa. No había manera. El muro seguía sin derribarse y la victoria era fundamental para coger aire en este inicio de 2023. Y más frente a un rival directo para evitar el descenso. Por eso había que quemar todas las naves posibles.

El artanenc, que había anotado un tanto y había regalado otro durante la prórroga del miércoles en Pontevedra en la Copa del Rey (0-2), era el último recurso, ya a la desesperada, para tumbar a los pucelanos y que se produjera el milagro después de un mal partido, sobre todo a nivel ofensivo. Y como si de una película de Hollywood se tratara, de esas que suelen tener final feliz y que jamás cansan a los espectadores, fue el gran protagonista en un momento mágico en el estadio. 

Kang In Lee lanzó de forma magistral una falta y el canterano, que confesó después que había visualizado la acción, cabeceó casi de espaldas para batir a Masip y desatar la locura en Son Moix. Era el minuto 93:32, de esos que se reservan a los héroes. Hace tiempo que Abdón lo es para el mallorquinismo. Besó el escudo, el que lleva en su corazón desde niño, para después festejar a lo grande un gol que ya quedará para siempre en la retina de los ‘barralets’. 

No es el más importante que ha marcado, ya que por algo es una leyenda desde hace tiempo, pero pasarán muchos años y cuando se recuerde la carrera del ariete aparecerá este tanto en las conversaciones. «Si estoy en el campo tengo más oportunidades de marcar», dijo tras el encuentro. En su discurso se desliza una reivindicación sobre su rendimiento que Aguirre ya ha escuchado, justo al que tiene que convencer para estar entre los elegidos en cada partido.

Lo que es seguro es que Abdón es sinónimo de alegría y de alivio, o de ambas cosas, dependiendo del partido. El primero que se viene a la cabeza es icónico. Y eso que antes ya había sido importante para que el Mallorca abandonara lo antes posible la Segunda B, pero el 23 de junio de 2019, en la histórica promoción de ascenso a Primera ante el Deportivo, soltó un zurdazo inolvidable que certificó el regreso a la elite. En el minuto 81 marcó el 3-0 definitivo cuando había muchas opciones de ir a la prórroga en un duelo en el que había entrado justo media hora antes.

Otra vez en Segunda, y frente a un rival directo, en la campaña 2020/2021, se sacó de la chistera una chilena que destrozó al Almería en los Juegos Mediterráneos en el descuento (0-1). Apenas llevaba doce minutos en el césped y fue el recurso que utilizó Luis García Plaza para lograr un triunfo con una soberbia diana. Aquella victoria no fue decisiva, era la primera vuelta, pero proporcionó mucha tranquilidad a un equipo que volvió a la máxima categoría meses después.

Sin embargo, otro momento para el recuerdo en Palma se produjo en la penúltima jornada del curso pasado. El Mallorca necesitaba ganar al Rayo Vallecano para depender de sí mismo en la última jornada para salvarse porque el empate le dejaba con escasas opciones. Abdón, que entró en el 74, provocó el éxtasis al meter la bota en el 91 para instalar un 2-1 que supo a gloria porque una semana después la permanencia se selló en Pamplona ante Osasuna (0-2). Sin aquel tanto en el último suspiro, cuando solo los más optimistas mantenían la fe, lo más probable es que los rojillos hubieran bajado a Segunda.

Por eso este tramo final de los partidos, cuando lo único que queda es la esperanza, es la ‘zona Abdón’. Nadie sabe hacerlo mejor que el ‘Dimoni’, que ya es el cuarto máximo goleador del Mallorca, independientemente de la categoría, en los últimos 25 años. Ya lleva 41 y solo le superan Etoo (70), Arango (49) y Víctor (46). Casi nada.

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