Coitus interruptus mundial, por Gabriel Forteza

El Real Mallorca ha prolongado el parón mundialista. La imagen del equipo bermellón, otra vez en Getafe, fue paupérrima: ningún tiro o remate entre los tres palos, cierto caminar cuando a veces correr no basta, un pase de gol excelente de Antonio Sánchez a Borja Mayoral y un cambio de sistema demasiado tarde, sentenciaron al equipo bermellón que no dio la talla ni mostró asomo de lo que era justo antes de que llegara el Mundial de Qatar.

Los de no tirar entre palos, se entiende si te ocupas más de contener que de buscar. Lo de andar por correr es digno de estudio. Lo del pase de Sánchez es circunstancial. Y lo del cambio de sistema es correcto si lo haces antes.

El equipo de Aguirre tiene tan interiorizado y mimetizado el juego con cinco atrás que cambiarlo requiere de tiempo para ser asimilado antes de que te dé el beneficio buscado.

La línea de cuatro para reforzar el centro del campo cuando ya tienes dos puntas es una opción tan válida como correcta pero si se hace a veinte minutos del final y se asimila durante los diez primeros, ya te han metido el segundo gol que sentencia el resultado.

El Mallorca de Getafe no ha sido el que se fue de vacaciones mundialistas ni mucho menos. Lástima de Mundial.

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