Me permito el lujo de darle la vuelta al dicho ‘querer es poder’ porque considero que se ajusta mejor a la realidad del actual Real Mallorca porque el equipo de Aguirre ha demostrado, sobradamente, que cuando se ve por detrás en el marcador es cuando se siente capaz. Llegados a esa situación, el entrenador mallorquinista decide dar un vuelco al equipo, introduce cambios que, además, provocan un cambio de sistema de juego, adelanta líneas y muestra cosas.
Echo de menos un atrevimiento por sistema más que como un recurso y esto último es lo que aplica el mexicano. No sé si este equipo está preparado para afrontar los partidos de la manera que los afronta cuando se ve por detrás en el marcador, pero da la sensación de que sí está capacitado. ¿El Mallorca de Aguirre es un equipo que no cree en sus posibilidades hasta que se ve con el agua al cuello? ¿Por qué espera a tener problemas para reaccionar? ¿No sería más productivo accionar que reaccionar?
En materia individual, Muriqi, una vez más, en su regreso, Kang-in Lee y la reaparición de Amath, dan un salto de calidad a un equipo capaz de hacer más cosas de las que propone de inicio. A la vista está, por el juego en la segunda parte y el marcador final.
