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Primera División

Empate entre capitanes y penaltis, por Gabriel Forteza

Raíllo, junto a Battaglia. MANU MIELNIEZUK

Comenzó el Mallorca-Girona con un pequeño homenaje a uno de los últimos capitanes más significativos de los últimos años, Xisco Campos, el capitán del doble ascenso de Segunda B a Primera, y el último capitán mallorquín que se recuerde en mucho tiempo.

El de Binissalem se llevó el aplauso que quedó pendiente por culpa del Covid que impidió que se le despidiera cuando no se podía acceder a los estadios de fútbol.

Y lo que son las cosas, su excompañero entonces y capitán ahora, Raíllo, pareció rendirle su particular reconocimiento marcando un gran gol a tres minutos del final, un gol que auguraba la victoria.

Pero hete aquí que compareció, tras ese gol, otro de los grandes protagonistas de la presente temporada, el penalti, el único capaz de batir la portería mallorquinista en el presente ejercicio, ya sea en pretemporada o en liga.

Una vez más, el Mallorca solo encaja desde los once metros, lo que da mérito a la capacidad defensiva, según se mire, porque al mérito defensivo habrá que añadirle que, para redondear, sería bueno no cometer penaltis que, en algunos casos, son totalmente evitables.

Dicho todo ello, entre capitanes y penaltis, lo justo era el empate por lo méritos contraídos entre unos y otros.

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