Esto no es una alegría cualquiera. Es una victoria a lo grande, de las que se saborean y que aportan mucha tranquilidad. El Mallorca logró este sábado el primer triunfo de la temporada a lo grande (0-2). Tumbó al Rayo Vallecano en un encuentro en el que supo aprovechar sus ocasiones, con los errores de los locales, y dio un recital a la hora de defender. Los goles de Muriqi y Kang In Lee fueron suficientes para vencer en un escenario muy complicado y que debe dotar de autoestima para el futuro.
Estos cuatro puntos tras apenas tres jornadas, con dos de los encuentros como visitantes, tienen mucho valor. Y con un detalle fundamental, sin encajar fuera. Empató en San Mamés ante el Athletic (0-0), perdió ante el Betis en Son Moix en un choque en el que fue perjudicado por el árbitro (1-2) y que no mereció quedarse sin nada y este sábado sorprendió a un adversario complicado. Hay que concederle mérito a este triunfo porque llega ante un rival que había empezado como un cohete, arrancando un punto del Camp Nou ante el Barcelona (0-0) y sacando los colores al Espanyol en el RCDE Stadium (0-2). Y no había recibido ningún tanto, hasta ayer. Este inicio concede credibilidad a la pizarra de Javier Aguirre, que fue capaz de desquiciar al Rayo y alimentar las ilusiones ante una temporada que se antoja larga y en la que hay que sumar lo máximo posible ahora para evitar urgencias después.
El plan del Mallorca era claro. Tapar espacios, tener las líneas muy juntas y tratar de sorprender en alguna contra. Y no le pudo salir mejor en la primera parte porque Dani Rodríguez, el más listo de la clase, protagonizó una de esas acciones por las que está sobre el césped. Cortó un pase de la zaga del Rayo, en la que Pathé Ciss evidenció que no es central, y se dirigió como un obús a la portería de Dimitrievski. Levantó la cabeza y, con la izquierda, sirvió un gran centro a Muriqi, que leyó perfectamente la jugada para cabecear de forma impecable. Un gran gol a los doce minutos que dejaba un panorama ideal por delante.
Incluso después el kosovar probó fortuna con un tiro alto, pero la realidad es que empezó un monólogo de los locales en ataque, pero también otro en defensa de los visitantes. Unai López mostró los dientes, primero con un tiro que se fue a córner tras un saque de esquina y después con una falta lejana. Pero lo más peligroso llegó a la media hora cuando un tiro de Trejo, qué bueno es, tocó en Copete y la pelota se estrelló en el palo. Fue un gran susto porque Rajkovic se había quedado vendido. El Mallorca estuvo relativamente cómodo repeliendo las ofensivas de los de Iraola, pero el balón no le duraba ni tres segundos. Y esto era un problema. Eso sí, un gran centro de Kang In Lee pudo marcar las diferencias, pero el testarazo de Muriqi, una auténtica bendición para este equipo, se marchó desviado.
La charla de Aguirre al descanso tuvo un efecto positivo en la reanudación ya que mostró a un grupo más adelantado y más intenso en ataque. Muriqi, onmipresente, sacó petróleo con una contra en la que soltó un disparo seco que despejó el portero. Y justo después Kang In Lee provocó un córner tras un buen tiro. Fueron minutos esperanzadores para los baleares, que con una chilena de Muriqi, y una contra de Maffeo que finalizó con un tiro de Dani, demostraron personalidad. Iraola movió su banquillo y apostó por la entrada de Camello para actuar, junto a Falcao, con dos delanteros. Buscaba fijar a los centrales del Mallorca, muy entonados. Precisamente el cedido por el Atlético metió miedo con un chut que se topó en Raíllo.
Y justo cuando los rojillos empezaban a mostrar síntomas de cansancio se encontraron con un regalo inesperado. Rajkovic sacó de puerta, Balliu cabeceó hacia atrás y habilitó a Kang In Lee, que estaba muy atento, para plantarse ante Dimitrievski y batirle por el palo corto. Ese gol fue un subidón para el equipo y el centenar de mallorquinistas que estaban en las gradas de Vallecas. Un 0-2 para enmarcar cuando todavía quedaban veintiséis minutos para el final. Aguirre introdujo a Antonio Sánchez por un Grenier que pedía a gritos ser cambiado. Tocaba resistir como se pudiera. Bebé lo intentó con un chut alto, pero los madrileños estaban acelerados. Era lo mejor que le podía pasar al Mallorca porque facilitaba que hubiera menos concesiones.
Javi Llabrés entró para aportar frescura, pero lo que tenían que hacer los isleños es intentar que se jugara poco o nada. Aguirre sorprendió por introducir a Galarreta, que volvía a jugar seis meses después de romperse la rodilla, la otra gran noticia de una jornada para el recuerdo. No pudo salir mejor porque el partido se estaba muriendo sin que el Rayo fuera capaz de hacer nada para revertirlo. La afición tiene motivos para festejar estos tres puntos, que son de los que pueden dar una permanencia. No es una broma.
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Rayo Vallecano: Dimitrievski, Balliu, Catena, Pathé Ciss, Fran García, Unai López (Comesaña, min.56), Óscar Valentín (Pozo, min. 85), Trejo (Camello, min.56), Salvi (Bebé, min. 56), Álvaro y Falcao (Nteka, min.72).
Real Mallorca: Rajkovic, Maffeo, Raíllo, Valjent, Copete, Jaume Costa, Battaglia, Grenier (Antonio Sánchez, min.65), Dani Rodríguez (Galarreta, min. 85), Kang In Lee (Javi Llabrés, min. 73) y Muriqi (Abdón, min. 85).
GOLES: 0-1: Muriqi anota de cabeza tras una gran acción de Dani (min.12); 0-2: Kang In Lee se aprovecha de un error de Balliu y marca (min.64) . ÁRBITRO: Sánchez Martínez (comité murciano). T. amarillas: Grenier (min.62), Óscar Valentín (min.65), Antonio Sánchez (min.72), Copete (min. 78). T. rojas: No mostró.
