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RCD Mallorca: Un centro del campo invisible

Grenier, Dani Rodríguez y Battaglia no han dado la talla en los dos primeros partidos de Liga

Dani Rodríguez, Grenier y Battaglia

El Mallorca tiene un problema grave en el centro del campo. Dos partidos de Liga, alejados de la falsa sensación que ofrece siempre la pretemporada, han bastado para ver que al conjunto de Javier Aguirre le faltan mimbres en la medular. Ni ante el Athletic de Bilbao ni ante el Betis fue importante, y en un equipo que vive la mayor parte del tiempo en su propio campo, es necesaria su participación para poder armar una salida rápida del balón.

El sistema que emplea el mexicano, con transiciones eléctricas desde la defensa buscando las bandas o directamente el balón largo a Muriqi tampoco ayuda, pero lo cierto es que el rendimiento de Battaglia, Dani Rodríguez y Grenier ha dejado mucho que desear.

Obligados a priorizar el trabajo defensivo antes que el ofensivo, ninguno de los tres han destacado y su papel ha pasado prácticamente inadvertido. En el caso del argentino, fue una petición expresa de Aguirre, que apostó por él en el tramo final del campeonato. Si ante el Athletic realizó un buen partido, frente al Betis provocó los dos penaltis e hizo recordar al futbolista que prácticamente no jugó durante gran parte de la pasada temporada.

En el caso del mediocentro francés, ha dejado detalles de su calidad, pero todavía está lejos del ritmo competitivo que exige Primera División. A pesar de que no para de ofrecerse y busca ser el dueño de la pelota, el futbolista de Annonay se ha mostrado excesivamente impreciso en los pases, sufriendo cuando se ha visto presionado.

Además, su puesto está mirado con lupa, ya que ha sido el encargado de tener que sustituir a Salva Sevilla como líder de operaciones en el centro del campo, aunque por el momento no lo ha hecho olvidar.

El último en la terna de centrocampistas es Dani Rodríguez. Defendido en sala de prensa por el técnico mexicano, ha recuperado la condición de indiscutible que perdió con el cambio de entrenador la temporada pasada. El gallego, ídolo para la afición y líder dentro del vestuario, no acaba de encontrar su fútbol.

Empeñado en demasiadas ocasiones en conducir en exceso la pelota, no acaba de funcionar como enganche y apenas está causando peligro en el área contraria, una de sus virtudes. Los tres deben subir el nivel para que el Mallorca también lo pueda hacer.

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