La primera pregunta que se nos ocurre tras la valiosísima igualada lograda por el Mallorca en San Mamés es si con 38 empates puede un equipo salvar la categoría. Posiblemente no, y será muy difícil que los de Aguirre puedan repetir el 0-0 en todos los partidos de aquí a final de Liga, a pesar de que la sensación que queda tras los 90 minutos de Bilbao es que el Mallorca sí tiene este año un portero de garantías y una defensa a prueba de asedios. Rajkovic nos demostró por qué es el portero de la selección serbia y Copete se ha ganado un puesto entre los centrales junto a Raíllo y Valjent.
Que eso sea suficiente es una incógnita, porque del ataque del Mallorca apenas tenemos noticias, apenas nos dejó dos ocasiones, especialmente un remate de Kang in Lee que Unai Simón atrapó con clase. Las comparaciones de este Mallorca de Aguirre con el de la primera época de Cúper han salido a la palestra al ver la apuesta por mantener la puerta a cero del mexicano. El del argentino fue un equipo que marcó una época, pero además de esa defensa en la que tres jugadores alcanzaron la internacionalidad con España, Marcelino, Iván Campo y Romero, contaba unos metros más adelante otros jugadores con más sentido de creación de fútbol y gol: Valerón, Stankovic, Amato, Moyá, por no hablar de Biagini o Dani en otro año.
El punto de San Mamés es un arranque bueno para un equipo como el Mallorca. Habrá que ver cómo se manejan los rojillos cuando haya que ir a por el partido y sí su menguado ataque genera los goles precisos. Aunque eso también puede reforzarse de aquí a final de agosto.
