Amath Ndiaye sigue viviendo una pesadilla. Y este miércoles dará un paso más para que se acabe lo antes posible. El delantero del Mallorca se desplazará a la Clínica Cemtro de Madrid para ser examinado por la doctora Isabel Guillén con la intención de valorar una posible cirugía de reparación del dedo meñique del pie derecho. No es seguro que vaya a ser operado ahora, o un poco más tarde, por si los medicamentos ayudan a que la infección que padece en esa zona esté menos inflamada antes de la intervención. No es descartable que incluso se vea obligado a que se le ampute una pequeña parte del dedo afectado, aunque en la entidad prefieren ser cautos y esperar a la opinión de una especialista en este tipo de infecciones.

El senegalés, de 26 años, solo disputó unos minutos en el primer amistoso del verano ante el modesto Krakow polaco, pero desde entonces no ha competido. No ha podido. El dolor le ha impedido trabajar con normalidad porque el simple roce de la bota le crea unas molestias difíciles de soportar. Por eso siempre lleva chanclas y un vendaje y trata de evitar a toda costa llevar zapato cerrado siempre que le sea posible. De hecho, en este tiempo no ha podido trabajar con normalidad y se ha dedicado a realizar ejercicios para fortalecer las piernas y a sudar sobre la bicicleta estática.

Esta infección es una tortura para Amath, que la arrastra desde la temporada 2016/17, cuando jugaba cedido por el Atlético de Madrid en el Tenerife. Durante años ese problema desapareció y, de hecho, en su primer año como bermellón lo jugó casi todo. Aterrizó en el Mallorca en la temporada 2020/2021 cedido por el Getafe y su rendimiento fue fabuloso, marcando las diferencias con nueve goles en 31 partidos y siendo clave para que el conjunto de Luis García Plaza ascendiera a Primera.

Eso provocó que el club le comprara previo pago de una cantidad cercana a los tres millones de euros, pero la realidad es que sus problemas en el dedo volvieron a aparecer y su juego estuvo lejos de lo esperado. El pasado curso en la elite apenas disputó 882 minutos repartidos en diecinueve encuentros y no marcó ningún gol. Ahora está por ver cuándo vuelve a jugar, pero todo apunta a que deberá estar, si es intervenido quirúrgicamente, un mínimo de dos meses de baja. Esto significa que Javier Aguirre necesitará reforzar una posición, la de segundo delantero o extremo, en la que precisamente no va sobrada de efectivos.