Lo consiguió. Javier Aguirre, técnico del Mallorca, cumplió con lo prometido. Salvó al equipo, logró la permanencia y será entrenador del conjunto bermellón la temporada que viene. «A mí dadme siempre estos sufrimientos si al final me quedo aquí», admitió el preparador bermellón nada más finalizar el encuentro.

«Hay un preacuerdo, sí. Y yo quiero seguir». Con estas palabras confirmó en rueda de prensa su continuidad en el banquillo del conjunto bermellón la temporada que viene.

Se sinceró el mexicano, quien reconoció que al intentar entrar en el vestuario tras la victoria para felicitar a los suyos en el Sadar, le tiraron «cerveza por encima» y desistió. «El gol nos ayudó muchísimo, era lo que necesitábamos, luego el segundo tanto ya nos dio una calma brutal», argumentó.

«Los chicos hicieron un partido inteligente. Sabíamos que Osasuna no nos iba a regalar nada y es verdad que lo sufrimos. En la primera parte lo pasamos muy mal, pero por suerte en la segunda ya mejoramos un poco. Durante el descanso ajustamos dos cosas que no me estaban gustando, no teníamos personalidad con la pelota y parecía que nos quemaba, pero conseguimos ser un poco más atrevidos», resumió el azteza.

Aguirre admitió que la permanencia bien merecía un whisky. «Pues puede de ser que sí, no sé si será solo uno, dos o los que caigan. Dos y a dormir, creo que serán», admitió entre risas. 

El preparador rojillo insistió en reiteradas ocasiones en lo mal que lo había pasado el grupo tras encajar el 2 a 6 frente al Granada en Son Moix. «Después de ese partido teníamos pie y medio en Segunda. Estábamos liquidados, fueron tres días terribles. Íbamos como fantasmas a entrenar porque sentíamos que estábamos descendidos. Jodidísimos, muertos. Veía a los jugadores deambular y el entrenador, yo, no tenía capacidad de reacción. Pero al final pude sacar la basura y estando ya bien, tuve capacidad de contagio. Y yo soy una persona mayor que soy capaz de controlar los vaivenes, pero imagínense este vestuario, en el que hay muchos jóvenes que se juegan su futuro... Estaban liquidados. Nos recuperamos en Sevilla. Ahí hubo una charla fuerte. Les dije unas cuantas cosas y sacaron el espíritu. Sacamos 7 de 9 y mira, nos salvamos», zanjó.