Llegar con los deberes por hacer a la última jornada, aun siendo el alumno aventajado en una clase de dos, provoca agarrarse a cualquier clavo. El Mallorca afronta la última semana de agotadora pugna con el Cádiz –y en menor medida con el Granada– por salvarse y lo hace ante Osasuna. La victoria bermellona sella la permanencia y ahuyenta cualquier tipo de combinación. Pero se tiene que lograr fuera de casa, donde solo se han sumado los tres puntos en dos ocasiones.
Sin embargo, El Sadar, feudo farragoso por excelencia de la Liga, no es el de antaño. Esta temporada los de Arrasate, sobradamente salvados desde hace jornadas, solo han conseguido el triunfo en casa en cinco partidos de dieciocho, lo que alimenta la esperanza de conseguir la permanencia.
El calendario ha sido caprichoso y ha querido que el Mallorca juegue la última jornada en la misma plaza que hace dos temporadas, aunque en aquella ocasión ya estaba sentenciado al descenso de categoría. El campo del conjunto rojillo nunca ha sido plato de buen gusto para los bermellones, que solo han vencido una vez allí en Primera División.
Pero esta jornada, la última y definitiva, tiene que servir para reventar la estadística. Lo contrario, si no hay un favor del Alavés contra el Cádiz, significará el regreso a Segunda.
Los números de los de Jagoba Arrasate en casa son de descenso. En una hipotética clasificación, solo contando los partidos disputados en casa, ocupan la decimoctava posición (cinco victorias), con un punto más que el Granada (cinco victorias, pero un empate menos) y cuatro más que el Cádiz (solo tres victorias).
El Mallorca, por poner en perspectiva, ha sumado 27 puntos en Son Moix. El resto de números de Osasuna se reparten en siete empates y seis derrotas.
Un dato a tener en cuenta es que el conjunto osasunista ha sido implacable contra los equipos de la parte baja que han visitado El Sadar. De hecho, no ha perdido con nadie que vaya desde la duodécima posición para abajo. Cádiz (2-0), Alavés (1-0) y Levante (3-1) mordieron el polvo, mientras que Granada, Elche o Getafe rascaron un empate. Además, solo en cuatro partidos se han quedado sin marcar de los dieciocho que han disputado en casa.
El Mallorca visita un campo que esta temporada asusta menos, que en especial a principio de curso fue un paraíso para los equipos visitantes, pero tendrá que luchar contra su propia y nefasta historia allí para sumar tres puntos que le dejen en Primera.
A pesar de que su propia estadística lejos de Son Moix no invite al optimismo, con solo dos victorias a domicilio –Alavés (0-1) y Atlético (1-2)–, todo ello debe quedar atrás y desde el inicio dejar patente quién de los dos equipos necesita realmente la victoria.
El Mallorca apura los días preparando la última batalla que le queda por delante y, aunque el escenario sea complicado, este año lo es un poco menos.
Viaje: El Mallorca reparte las entradas
El Mallorca repartió ayer, mediante sorteo, las 284 entradas para Pamplona en el viaje organizado para ir a animar al equipo en El Sadar. A partir de las 12 horas, el club comenzó a ponerse en contacto con los agraciados, que formarán parte del convoy que saldrá en la madrugada del domingo desde Son Sant Joan en los tres vuelos programados. Más de 2.000 fueron las peticiones que recogió la entidad para hacerse con una de las localidades. Por otro lado, son muchos los seguidores bermellones que acudirán por sus propios medios a Pamplona, aprovechando que hoy Osasuna saca a la ventada entradas para el público en general, por lo que habrá más de 500 mallorquinistas en las gradas.
