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CARTULINA MORADA

Cobardes

Ningún jugador del Mallorca, más allá de Maffeo, fue lo suficientemente valiente como para dar la cara tras el esperpento frente al Granada

No todos los jugadores fueron valientes de aguantar el abucheo tras el partido frente al Granada. RCDM

Escribo estas líneas desde la soledad de la sala de prensa de Son Moix, donde, más de 24 horas después de que haya acabado el esperpento frente al Granada, todavía espero a que un futbolista del Real Mallorca salga a dar la cara. Entiendo que sea difícil defender lo indefendible, nadie tampoco se lo iba a exigir, pero al menos pedir perdón les habría honrado. El único jugador que pronunció unas palabras tras el partido fue Pablo Maffeo y lo hizo, seguramente, obligado por las circunstancias y ante la negativa airosa de algún compañero que debió pensar que, ya que no había comparecido sobre el verde, para qué iba a hacerlo ante los micrófonos. En circunstancias normales, dos jugadores más deberían haber hablado también en la zona flash de Movistar y, al menos uno de ellos, haber comparecido en rueda de prensa ante los periodistas. Todo esto, lo de no salir a dar la cara, acarreará para el club una multa por parte de LaLiga, que entiendo, muy gustosamente, abonarán los futbolistas. Eso, claro, si es que algo de honor les queda. La decepción es tremenda, la limpieza que debe hacer en el vestuario Pablo Ortells, independientemente de la categoría en la que juegue el equipo la temporada que viene, debe ser todavía mayor. 

El Nou Son Moix: Antes había propietarios sin estadio, ahora hay estadio sin propietarios  

Ante el que era, seguramente, el partido más importante de la temporada, la entidad mallorquinista decidió hacer mutis en el apartado futbolístico. Durante la semana previa al encuentro el club decidió que ningún jugador hablaría. Seguramente la intención era evitar distracciones, algo un tanto incongruente cuando 48 horas antes decides desviar toda la atención del partido en la presentación de la remodelación del estadio. Recuerdo con cierta nostalgia, no les voy a engañar, las majestuosas maquetas de las que presumía Vicente Grande. Un Son Moix que reposaba rodeado de tres torretas, esperpénticas y adefesias a partes iguales. No tan llamativo, pero incluso más polémico, fue el proyecto por el que apostó Utz Claasen, cuya intención era girar noventa grados el terreno de juego del por aquel entonces Iberostar Estadi - en su cabeza todo era perfecto-. Presumían, se hacían fotos y movieron cielo, tierra y mar defendiendo dos diseños algo faltos de sentido y sin presupuesto. Con la propiedad americana nos hemos topado con una realidad totalmente contrapuesta. Ni rastro de Kohlberg ni Sarver en una presentación a la que no faltó ninguno de los políticos de turno. Se le puede perdonar a Robert su ausencia teniendo en cuenta que su equipo (los Suns, no el Mallorca) está metido de lleno en la disputa por el título de la NBA. Menos argumentos se me ocurren para excusar a Andy. Una vez más se demuestra que este club navega, sin capitán, pero con rumbo.

En pie de guerra: Ayer se vivió una escena surrealista en la sala de prensa del Estadi Balear

El técnico del Castellón Sergi Escobar, rival del Atlético Baleares en la jornada de ayer, protagonizó una bochornosa escena en la sala de prensa del Estadi Balear. El preparador se enzarzó en una disputa con el representante de la Federación cuyo origen, según desveló, fue motivado por unas palabras que escuchó «entre camerinos, antes del inicio del partido». No quiso mojarse en exceso el castellonense, aunque dejó entrever un trato de favor por parte de los árbitros a sus rivales. De confirmarse estos gravísimos hechos, a alguien se le puede y se le tiene que caer el pelo.

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