Hasta en cuatro ocasiones se disculpó Javier Aguirre por el partido de los suyos. "Es lo único que puedo hacer, pedir perdón por lo que hemos hecho. No se me ocurre nada más", indicaba cariacontecido el técnico del Real Mallorca tras el repaso del Granada en Son Moix. "La gente nos ha dado una bienvenida cálida y nosotros hacemos esta segunda parte. Nada nos salió y se van tristes, como oes lógico", resumió el mexicano.

"Hicimos una primera parte en la que creo que fuimos mejores que el rival, pero en la segunda el desorden fue brutal. Nos metieron pronto y bajamos los brazos. Llevo muchísimos años en esto y no entiendo cómo es posible que se nos haya olvidado jugar", admitió el azteca en la rueda de prensa posterior al partido.

Aguirre intentó explicar cómo vivió él la segunda parte desde el banquillo: "Por la forma en la que encajábamos los goles, daba la sensación de que el equipo se desplomaba automáticamente. Poco a poco los tantos fueron minando la moral del equipo. Casi todos fueron cosas bastante raras, un marcador muy abultado, pero el resumen final es que hay que mirar hacia delante".

Uno de los jugadores señalados fue sin duda Sergio Rico, quien encajó seis goles frente al Granada. Aguirre no quiso focalizar las culpas en el meta andaluz, pero sí dejó entrever la duda de su continuidad bajo los tres palos: "Entiendo a la afición, entiendo los pitos a Sergio y a todo el equipo. Al final Rico es solo uno más. Nuestro portero no tuvo un buen día, pero no lo tuvieron tampoco el resto de futbolistas, ni tampoco yo. En caliente no es bueno tomar decisiones, y menos hacerlas públicas. De todas formas esperamos hacer algo porque no se puede repetir la imagen que se dio".

Pese al nefasto resultado, Aguirre cree. "Quedan tres partidos, nueve puntos en juego, y tenemos que confiar. Ahora mismo dependemos de nosotros mismos. Mañana ya veremos. Pero nuestra única intención es pasar cuanto antes el mal trago y pensar ya en el partido frente al Sevilla. Es lo único que nos queda", explicó.