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Primera División

El Real Mallorca vive una penitencia a domicilio

Los bermellones alargan su agonía lejos de la isla y ya acumula ocho salidas consecutivas con derrota, la última ante el Elche -Le falta jugar en el Camp Nou, el Pizjuán y El Sadar

Ángel, cabizbajo tras el tercer gol del Elche. EFE

Cuatro meses y medio. Ese es el tiempo que acumula el Mallorca sin puntuar lejos de Son Moix. Desde que venciera al Atlético de Madrid (1-2) en el ya lejano 4 de diciembre, los bermellones han cosechado ocho derrotas consecutivas a domicilio, sin duda uno de los grandes males del equipo y que explican el porqué de su lugar en la clasificación. 

Ya sea con Luis García Plaza o con Javier Aguirre a los mandos, el Mallorca se ha mostrado en 2022 incapaz de puntuar al actuar como visitante. En ocasiones ha estado cerca, como ante el Betis o el Celta, pero en gran parte de los desplazamientos la derrota ha sido clara, acompañada en la mayoría de ellos de un decepcionante partido. 

La decadente racha se inició en el último duelo de 2021. El Granada aplastó al Mallorca en el Nuevo Los Cármenes (4-1), en un partido en el que destacó el triplete del veterano Jorge Molina, que hizo añicos la defensa bermellona. Un resultado abultado que puede tener consecuencias negativas en caso de acabar empatados a puntos a final de Liga, ya que se trata de un resultado difícilmente recuperable en el partido que resta por enfrentarles en Son Moix en la jornada 37. 

El gran bajón como visitante, por lo inesperado, fue la derrota en el Ciutat de València ante el Levante. Un equipo que parecía prácticamente sentenciado y que se aprovechó de la inoperancia lejos de la isla para conseguir el triunfo (2-0). Un choque, si bien es cierto, que podría haber cambiado de no haber anulado el colegiado un gol a Fer Niño por una dudosa mano previa de Salva Sevilla. 

Ante el Villarreal no hubo opción. Un pésimo planteamiento fue aprovechado por los de Emery para destrozar a los bermellones (3-0) y dejar marcado a Russo, que vivió su última batalla con Luis García.

Las dos derrotas siguientes, cuarta y quinta en el contador, llegaron gracias a regalos en forma de mano. En el Villamarín, fue Battaglia quien la sacó a pasear para dar el triunfo al Betis (2-1); en Balaídos, en un partido loco, fue un penalti de Valjent en el descuento el que condenó al conjunto mallorquinista (4-3). 

La siguiente decepción en la lista condenó a Luis García al frente del equipo. Fue ante el Espanyol de Moreno, en un encuentro en el que los bermellones volvieron a evidenciar sus problemas para ver puerta (1-0). Y es que en ocho encuentros tan solo han celebrado una diana en cinco ocasiones –tres en el mismo duelo– y han encajado la friolera de veinte tantos. Unos números insostenibles. 

Las dos siguientes ya han llegado con el mexicano Aguirre, cuya obsesión ha sido precisamente poner fin a la sangría de goles en contra. Frente al Getafe fue Borja Mayoral el que acabó con la resistencia bermellona, en un encuentro marcado por la polémica de un penalti por mano de Russo, que sí lo fue a instancias del propio entrenador mallorquinista y a pesar de la versión oficial del club, que elevó una queja al Comité de Árbitros y a la RFEF. 

La última fue este sábado en Elche, en el que sin duda fue el peor partido de los tres que lleva dirigidos el Vasco desde que está en la isla. Una racha de ocho encuentros que no tiene pinta de acabar, ya que sus dos próximas salidas son en el Camp Nou y en el Sánchez Pizjuán, dos de los campos más complicados de la categoría. Restará visitar El Sadar para medirse a Osasuna en la última jornada, quién sabe si en un partido de trámite o decisivo. 

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