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Fútbol

El método de Javier Aguirre en el Mallorca

El técnico bermellón pasa por ser un obseso del trabajo y ha convertido Son Bibiloni en su segunda casa, a la que llega el primero para controlarlo todo / Insiste en la táctica en sesiones largas

Javier Aguirre, durante una sesión en Son Bibiloni.

Javier Aguirre no es de los que mira el reloj. El técnico del Mallorca ha sorprendido en Son Bibiloni por su obsesión por el trabajo, por sacar punta al más mínimo detalle, con la intención de enderezar el rumbo de su nuevo equipo. Su labor va mucho más allá de los entrenamientos con sus pupilos y exige a los que le rodean su mismo nivel de implicación. Llega sobre las 9 por la mañana, dos horas antes que se inicie la sesión, y la abandona bien entrada la tarde. Quizá sale para comer en alguna ocasión, pero siempre regresa para seguir encerrado en su despacho junto a su ayudante Toni Amor y el preparador físico, Pol Lorente

Ya pueden presumir de haber conquistado juntos la Champions de la Concacaf con el Rayados de Monterrey, pero este reto que tienen por delante es muy diferente, con menos fuegos artificiales. Tras la derrota en el estreno en Getafe (1-0), ahora quedan ocho partidos para recortar los dos puntos que le separan de la salvación que marca el Cádiz.

Sus ganas de tenerlo todo controlado recuerdan a Vicente Moreno, según cuentan los que han tratado a ambos. En la relación con el jugador es muy directo, no es de los que elude decir las cosas que no le gustan, aunque su pasado como futbolista de elite quizá le ayuda a saber cómo criticar o alabar a sus discípulos, en función del carácter que tengan. «Va con la cara por delante, es muy claro con todos, pero se los gana con su talante», confiesa una voz autorizada. Y es que desde que les conoció se evidenció que le guardan mucho respeto. En el vestuario saben que tiene experiencia de sobra para dar con la tecla y elevar sus prestaciones.

Los entrenamiento con Aguirre son más largos e intensos que con Luis García Plaza y concede mucha importancia a la táctica. Si algo no le gusta, es de los que lo repite hasta la extenuación, tanto sobre el césped como en el vídeo. «Repasa los errores sin parar», apunta la misma fuente. De hecho, el mexicano es consciente de que el primer paso para evitar el descenso es mejorar en defensa y dejar de ser el segundo equipo más goleado de la Primera División -50-. Por eso insiste en cómo quiere que el equipo defienda en las acciones a balón parado, ya sea en faltas, córners o incluso en fueras de banda. Y por supuesto en acciones ofensivas porque tiene claro que pueden marcar la diferencia en un partido. 

Xim López y Miquel Artigues, en el club desde hace años y que estaban con el madrileño, también complementan toda la información sobre el rendimiento individual y colectivo de los bermellones y, por supuesto, del siguiente rival. Aguirre, que ya ha encontrado casa en la isla y espera la llegada de su mujer, quiere que los entrenamientos sean siempre en Son Bibiloni. Son Moix se queda para los días de partido. Y nada más. De hecho, hasta las ruedas de prensa serán en la ciudad deportiva, que vuelve a estar abierta a la prensa dos veces a la semana durante quince minutos. 

Son algunos de los detalles de un hombre que, a sus 63 años, tiene muy claro su plan. El que mejor le conoce así lo dice. «Javier es una persona que te da mucha confianza y que te permite trabajar con total tranquilidad, pero muy exigente también. Él es el que lleva el mando de todo. El tiempo que llevo con él ha sido un máster constante de enseñanza, sobre todo, en la gestión de grupo y en situaciones límite», destaca Toni Amor. Y la del Mallorca lo es.

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