«Por mí volvería ya. Por ganas ya volvería, pero la decisión depende de los servicios médicos y del preparador físico. La idea es que a finales de esta semana o principios de la que viene ya empiece a trabajar con el grupo». Antonio Raíllo se muere de ganas de volver a ser uno más y dejar la enfermería a un lado de una vez. El central del Real Mallorca, en unas declaraciones ofrecidas por el departamento de comunicación del club, rompió su silencio para confirmar que su regreso es inminente. 

El cordobés pasó por el quirófano a finales de octubre para solventar la lesión que padecía en su tobillo izquierdo. Tras unos meses de recuperación, en los que ha entrenado en dobles sesiones, asegura sentirse preparado para volver a estar a las órdenes de Luis García Plaza. El zaguero se ha ejercitado en las últimas semanas sobre el césped de Son Bibiloni en solitario y la respuesta del tobillo es buena. «Las sensaciones son positivas. Después de tanto tiempo parado y de la recuperación, ahora estoy contento y feliz y con sensaciones muy positivas», reiteró visiblemente ilusionado. 

El andaluz, con mucho peso en el vestuario y que hasta su lesión era indiscutible para el preparador madrileño, reconoció que lo ha pasado mal desde que se lesionó en un partido de pretemporada en Francia en verano. «Tras la operación y el mes de reposo, cuando empecé poco a poco a trabajar en la piscina y en rehabilitación, ahí mi objetivo estaba claro. Cuando te marcas una meta todo es más fácil. Ya estoy cerca de volver», comentó esperanzado. 

El futbolista no se pone una fecha en concreto, pero lo que está claro es que está a punto de salir del túnel. «Cualquier partido es bonito para volver. Después de tanto tiempo, me pones a jugar un partido amistoso y sería igual de feliz», destacó. 

Raíllo regresa para convertirse en un refuerzo de lujo en esta segunda vuelta. «Vengo a aportar esa ilusión que tiene un niño pequeño que está haciendo lo que le gusta. Esa ilusión se puede contagiar en el grupo». Y es más que necesario. El primero que le ha echado de menos es el propio Luis García Plaza, que en la previa ante el Villarreal ya se felicitó por ello. «Raíllo va muy bien, es una gran noticia», resaltó. Su ausencia ha sido cubierta por Franco Russo, que es el que ha acompañado a Valjent en el centro de la zaga. Son muchas las voces que reclamaban que el club fichara a otro central para elevar el nivel en esta posición, sobre todo porque Sedlar, el cuarto en discordia, no ha convencido cuando le ha tocado jugar.

No obstante, con el regreso de Raíllo, por mucho que necesite prepararse de forma específica para coger el ritmo de alta competición, el entrenador recupera a una pieza clave en sus esquemas. El defensa de 30 años lleva desde el pasado 14 de agosto sin jugar un solo minuto. El ligamento de su tobillo dijo basta tras el encuentro de la primera jornada disputado en Son Moix frente al Betis, aunque su calvario particular arrancó una semana antes, durante el encuentro de pretemporada disputado ante el Stade Brest. En aquel partido el zaguero sufrió un desafortunado encontronazo con un jugador del equipo galo. Raíllo intentó continuar, pero finalmente tuvo que ser sustituido. Con dolor, forzó su titularidad en el primer partido de Liga ante los de Manuel Pellegrini y rindió a un buen nivel, pero tras ese encuentro el futbolista ya no levantó cabeza.

Los servicios médicos del Real Mallorca apostaron por una recuperación no agresiva, pero el dolor del futbolista no remitía y a principios del mes de octubre se tomó la determinación de paralizar el tobillo e ir al fondo del problema. El 26 de octubre Raíllo pasó por quirófano en Barcelona. Fue operado por el prestigioso doctor Ramón Cugat e iniciaba una recuperación que, a priori, le mantendría alejado de los terrenos de juego durante tres meses.

Los pronósticos se han cumplido. De hecho, solo se ha visto obligado a frenar su recuperación una semana al ser uno de los positivos por coronavirus del plantel, pero la planificación marcada ha sido impecable. No todo iban a ser malas noticias para este Mallorca. Es el mejor fichaje de invierno posible.