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Análisis

No hay excusa que valga

Battaglia conduce el balón entre dos rivales.

No hay excusa que valga. Ni las numerosas bajas; ni la posición adelantada del portero del Levante en el penalti lanzado de forma horrible por Oliván; ni la polémica en el gol anulado a Fer Niño por unas presuntas manos previas de Salva Sevilla; ni las dudas en el gol anulado a Kubo por un fuera de juego más que discutible. Nada sirve. El Mallorca se enfrentaba al colista del campeonato, un equipo que hacía más de trescientos días que no ganaba -de hecho, no saboreaba la victoria desde la temporada pasada-, un coladero en defensa que ayer abandonó el campo imbatido. Y para colmo, Soldado se estrenó como goleador. El partido de ayer era el idóneo para acabar con las dudas y frenar una racha de resultados que ha convertido al equipo en candidato al descenso. Lo que da más rabia es que hasta hace pocas semanas la situación era poco menos que idílica. Pero con el paso de las jornadas, con todas las adversidades que se quieran y que no se cansa de pregonar Luis García, al Mallorca se le han visto las costuras, todos sus defectos, que son más de los que parecían.

Y, aunque pueda parecer oportunista, la elección de Oliván para lanzar el penalti resulta más que cuestionable. El defensa solo llevaba diez minutos sobre el terreno de juego, por lo que, frío, no debió tirarlo. ¿Dónde estaban Galarreta o Kubo, que sí se prestan a lanzar las faltas que sean necesarias? Faltaba un líder en el campo, como parece cada día más evidente que también se echa de menos en el banquillo un técnico que afronte de cara la cruda realidad.

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