Íñigo Ruiz de Galarreta reconoció que todo el vestuario estaba muy dolido tras la derrota del Mallorca ante el Levante. «Estamos muy fastidiados. Era un partido importantísimo. Sabíamos que iba a ser muy difícil porque tienen jugadores muy buenos», explicó tras el encuentro el mediocentro bermellón. 

 «Es una pena. Hemos tenido un penalti para empatar. En el gol que nos anulan Salva dice que lleva pegada la mano al cuerpo... Ya lo veremos, pero ya no vale de nada. Hay que levantarse rápido y seguir», añadió. 

El de Eibar cree que el equipo entró bien al partido, aunque criticó la falta de claridad en los metros finales. «Hemos salido bien. Estábamos teniendo pausa con el balón. Sabíamos que si la teníamos iba a haber espacios, pero nos ha faltado mordiente arriba», lamentó. 

La derrota ante el conjunto granota supone la tercera seguida en Liga para los de Luis García Plaza, algo que no había sucedido en toda la temporada. «Sabíamos que durante el año habría momentos así. Estamos jugando en Primera División, el nivel es altísimo en todos los equipos. Nos hemos ganado el derecho a jugar en Primera y vamos a morir para defenderlo», concluyó. 

Por su parte, el técnico del Levante Alessio Lisci definió la victoria frente al Mallorca como «muy emocionante». «Hay que mejorar mucho, pero quería ganar y hacerlo como lo hemos hecho hoy, con sufrimiento, porque nadie puede pensar en que íbamos a ganar fácil. Ya dije que la primera victoria iba a ser así con cosas bien hechas y con otras no tanto, aunque no pensaba que se iban a producir tantas circunstancias como las que se han producido», afirmó.