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Fútbol

¿Y Kohlberg qué dice?

El presidente del Mallorca se convierte en el referente fundamental del club si el dueño Robert Sarver se ve obligado a apartarse tras las acusaciones de racismo y acoso sexual

Andy Kohlberg posa para este diario en Son Moix. Guillem Bosch

La delicada situación en la que se encuentra Robert Sarver, acusado de racismo y acoso sexual que le podría costar su expulsión de la NBA ha convertido al presidente Andrew Kohlberg (Nueva York, 62 años) en el referente fundamental si finalmente el propietario del Mallorca se ve obligado a dar un paso atrás.

Kohlberg, extenista de dobles -llegó a alcanzar el número 26 en el ránking ATP cuando se retiró en 1988-, es íntimo amigo de Sarver. Vicepresidente y accionista de los Phoenix Suns, aterrizaron juntos en enero de 2016 para formalizar la compra del Mallorca por 21 millones de euros. Junto a Glenn Carlson, Sam Garvis, Francis Najafi, Steve Hilton y la exestrella de la NBA Steve Nash, se hicieron con la mayoría de las acciones. No compraron el Mallorca por amor, sino como una inversión pura y dura con el objetivo de que, algún día, el club fuera un negocio rentable. Están en camino.

Kohlberg, que junto a su esposa Annica compraron en febrero de 2019 el ático del Palau de Can Puig, en la plaza de ses Tortugues, por cinco millones de euros -ella es una enamorada de Mallorca-, viene con frecuencia a la isla, donde se siente muy a gusto. Dos veces por semana, desde Phoenix, se reúne por videoconferencia con el consejero delegado del club, Alfonso Díaz. Meticuloso en su forma de trabajar, quiere estar encima del día a día de la entidad, y no se toma ninguna decisión de calado sin su consentimiento.

La situación personal de su amigo Sarver le deja en una posición incómoda. Es una incógnita lo que ocurrirá si prosperan las graves acusaciones que pesan sobre el tejano, pero si finalmente es obligado a dejar su franquicia puede desencadenar un efecto dominó que arrastraría a una gran parte de sus empresas, entre ellas el Mallorca.

Personas que tratan a Kohlberg cada vez que pisa la isla destacan que ha cogido cariño al club. «Está muy identificado con la isla», apuntan. De todos modos, no sería en principio un motivo suficiente para que siguiera ligado al Mallorca en el caso de que se complique la situación de Sarver. «Si Sarver pierde los Phoenix Suns, probablemente venderá el Mallorca, y lo hará conjuntamente con los otros socios. Juntos compraron y juntos venderán», apunta una persona que le conoce bien y que prefiere mantenerse en el anonimato. «No me lo imagino comprando la totalidad del Mallorca, aunque cuenta con los medios económicos para poder hacerlo», añade.

Kohlberg, presidente del club de Son Moix desde septiembre de 2017, tras la dimisión de Monti Galmés después de consumarse el descenso a Segunda B, no ha faltado desde entonces a las grandes citas del equipo en las últimas temporadas, la última el pasado mes de mayo en Tenerife, junto a su esposa, cuando el equipo ascendió a Primera.

Poco amigo de estar en el foco mediático, se deja ver por los hechos más que por las palabras. Así, junto a Sarver, mantuvo un pulso con Vicente Moreno por el pago de la cláusula tras comprometerse con el Espanyol. En la cultura norteamericana no se entiende el incumplimiento de los contratos, y el hoy técnico perico se había comprometido con el Mallorca hasta 2022. Lo mismo ocurrió con la salida de Maheta Molango, despedido en un frío comunicado firmado por el propio Kohlberg, ahora protagonista a su pesar. De lo que decida en breve depende en gran parte el futuro más inmediato del Mallorca.

Andy Kohlberg llegó al Mallorca de la mano de Robert Sarver en enero de 2016 y junto a, entre otros, la exestrella de la NBA Steve Nash.

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