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Análisis

Fue más valiente Luis que sus jugadores | Por Sebastià Adrover

El Mallorca perdona a la Real y sale escarmentado de Anoeta

El Mallorca tuvo miedo a ganar y por eso acabó perdiendo. Jugar toda la segunda parte con uno más era un regalo que no se podía dejar escapar, aunque, quizá peco de falta de ambición, soy de los que hubiera firmado igualmente el empate cuando Aihen vio la tarjeta roja. Lo que no puede ser es perder, de ninguna manera. Es imperdonable conceder esa jugada en el minuto 89 cuando lo que tendría que haber sucedido es lo contrario, que la Real Sociedad estuviera debajo de su portería defendiendo. Tuvo muchas más ganas de vencer Luis García con sus cambios que sus propios jugadores, a los que les faltó valentía en el tramo final del partido. Y eso que su puesta en escena me encantó, con una fabulosa intensidad y demostrando concentración. Pero después no supo qué hacer, con una lentitud y falta de ideas ofensivas desesperante, cuando el adversario ya no podía hacer mucho más. El equipo estaba asustado, era incapaz de someter a los vascos, que tampoco hicieron tantos méritos para llevarse los tres puntos. Esta derrota es cruel, de las que escuecen, sobre todo porque el botín estaba cerca en un escenario y rival de postín. Eso sí, el palo que ha recibido el mallorquinismo duele, pero tampoco es para ponerse histéricos. Toca levantarse y aprender. Ya se sabe que la Primera División no perdona.

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