Presentarse a jugar contra un rival del nivel del Villarreal ya implica, de por sí, una dificultad, pero si además lo haces con la obligación de modificar una línea defensiva que juega habitualmente y lo hace de memoria y con acierto, tienes que acertar en la búsqueda de la mejor solución posible.
Estaba Valjent como central superviviente en plena ‘crisis de los centrales’. Una crisis cuyo origen es la ausencia, ya prolongada, de Raíllo a la que se unieron sus dos posibles recambios: Russo y Sedlar.
Pero es que, además, Maffeo tuvo que ser sustituido por lesión y Jaume Costa acabó fundido y sin pedir el cambio porque ya no se podía cambiar a nadie más.
Con este panorama defensivo se presentará el Real Mallorca en el Santiago Bernabéu para enfrentarse al Real Madrid este miércoles.
Si algunos todavía se quejan por los horarios de los partidos, más valdría también quejarse por los calendarios, que no dan opción ni tiempo a que los jugadores se recuperen de un partido para otro. Por cierto, que nadie espere saber qué lesión tienen los jugadores pues eso se ha convertido en un misterio de Estado, y no del estado físico, precisamente. Así las cosas había que reconvertir a alguien y la opción de Oliván fue un acierto.
