Pablo Ortells ha hecho los deberes, y aunque falta la nota final, que no llegará hasta mayo, su labor tiene muy buena pinta. Es el turno de Luis García, a quien el director deportivo ha puesto en sus manos un equipo más que digno para luchar con garantías por la permanencia. Tiene el madrileño materia prima de sobra y mucho donde elegir, con todas las posiciones con recambios de garantías.
La propiedad ha tomado buena nota de los (muchos) errores cometidos en el último año en Primera, que lamentablemente fue un visto y no visto por las muchas cosas mal que se hicieron. Ahora, con un consejero delegado y director deportivo de diferente perfil, con la discreción por bandera, se han puesto manos a la obra y han cerrado un mercado ilusionante.
Con futbolistas ya consolidados como Dani Rodríguez, Salva Sevilla, Valjent y Baba, entre otros, el club ha sabido rejuvenecer la plantilla con Kubo, Kang In Lee, Maffeo, un prometedor Fer Niño y un Hoppe que es toda una incógnita. Es, a priori, y a la espera de verle en acción, el único que despierta alguna duda. Además de por sus condiciones en el terreno de juego se supone que algo habrá tenido que ver su país de nacimiento, en una jugada estratégica de Sarver.
