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PRIMERA DIVISIÓN

El calvario de Greif para fichar por el Mallorca

El eslovaco relata el infierno que ha vivido en el Slovan de Bratislava: «Para mí cada partido era un sufrimiento y necesité de la ayuda de un psicólogo para aguantar»

Dominik Greif, junto a Manolo Reina, en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio.

Sangre, sudor y lágrimas. Eso es lo que ha vivido Dominik Greif a lo largo del último medio año. Hasta que el pasado martes el Real Mallorca anunciara su fichaje hasta 2026, el meta eslovaco ha sufrido un auténtico calvario en el Slovan de Bratislava, su club de procedencia y del que intentó desvincularse durante el pasado mercado invernal.

En una entrevista en el medio deportivo Sportnet, Greif se sincera y habla del infierno que le ha tocado vivir. «Durante el último medio año cada partido para mí era un sufrimiento», reconoce el meta de 24 años, por cuyo fichaje el Mallorca ha desembolsado 2,5 millones de euros, según apunta el diario eslovaco. El futbolista reconoce que tuvo que pedir ayuda a un psicólogo deportivo para intentar sobrellevar la situación.

El castigo de Greif empezó a finales de enero. El portero iba a convertirse en refuerzo de la entidad mallorquinista e incluso el propio jugador ya se encontraba en la isla para firmar su contrato con el club. Sin embargo, la operación se rompió en el último día del mercado, cuando Michal Sulla, sustituto de Dominik en el Slovan, se lesiona de gravedad y el club presidido por Ivan Kmotrík exige el retorno de su futbolista.

En ese momento comienza una guerra abierta. El Mallorca quiere al jugador, Greif quiere quedarse, pero el Slovan insiste en el regreso de su guardameta. «El episodio que viví en invierno se quedó clavado en mí y dio un vuelco total a mi estado de ánimo. Por fin estaba donde quería estar, alojado en un hotel y a una sola llamada de fichar por el Mallorca, pero empezaron a surgir informaciones que volvían a colocarme en el Slovan», recuerda.

Muy a su pesar, Dominik debe regresar a su país, pero es en ese momento cuando empieza el verdadero infierno. «Mi primera respuesta, una vez incorporado nuevamente al Slovan, fue mostrar a todos que era el mejor, pero sucedieron muchas cosas en el club y la situación se complicó. No podía negarme a entrenar o jugar porque sabía que habría consecuencias, aunque mentalmente no estaba preparado. Durante la última mitad del año cada partido para mí ha sido un sufrimiento. Necesité la ayuda de un psicólogo porque se superaron ciertos límites», relata el joven futbolista sobre cómo fue el regreso a su club de procedencia.

«Parte de la hinchada no me quería, pero también recibí muchos mensajes de apoyo. Eso para mí no fue algo trágico, entra dentro del deporte. A veces solo eres bueno para ciertas personas cuando haces lo que quieren de ti y si no lo haces, no les gustas. Yo siento que lo di todo por el Slovan. Muchas veces, incluso, jugué con lesiones muy peligrosas, por ejemplo, un dedo agrietado en la mano. Eso la gente no lo sabe. Tengo la conciencia tranquila porque di todo a ese club a expensas de mi salud», señala el cancerbero sobre el odio que generó su regreso en parte de la hinchada.

Greif en las instalaciones de Son Bibiloni. RCDM

Las negociaciones entre Dominik y el Mallorca no cesaron. Pablo Ortells quería al jugador en la isla y mantuvo el contacto con el futbolista. «Este verano tuve tres ofertas, una de la liga francesa, otra de la italiana y la de la española, pero por todo lo que había pasado durante el pasado mercado creo que tenía que estar aquí. Un factor importante fue también la presencia de Martin Valjent. El Mallorca podía haberse olvidado de mí, buscar a otro portero, pero se mantuvieron firmes en sus intenciones y a mí me gusta estar en un sitio donde me quieren», señala.

Dominik no lleva ni una semana en la isla, pero se muestra muy agradecido por el recibimiento que ha tenido, tanto por parte de la hinchada mallorquinista, como de sus compañeros y cuerpo técnico: «Trabajo lentamente en la aclimatación porque hay muchas cosas nuevas para mí, pero los compañeros me han abierto los brazos. Hablan conmigo en inglés y los que no dominan el idioma también lo intentan. Ahora mismo para mí es una prioridad encontrar casa y coche. Poder ser una persona independiente y que nadie tenga que estar por mí, pero en cuanto eso esté solucionado contrataré a alguien para que me enseñe el idioma y pueda aprenderlo cuanto antes».

Desde hace ya unos días Dominik trabaja mano a mano con quien será su competencia bajo los tres palos, un Manolo Reina que lleva acaparando la titularidad en el equipo durante las últimas cuatro temporadas: «Soy ambicioso y siento que puedo mejorar. Manolo es el capitán, pero no siento ninguna presión. Sé que mi oportunidad llegará, pero la pregunta no es cuándo. Todo dependerá de mí. Mientras tanto voy a aprovechar esta gran oportunidad y crecer más como futbolista. He dado un paso importante en mi carrera y quiero aprovecharlo».

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