«Hay que reconocer que cuando hemos entrado en el vestuario los jugadores estaban un poco tocados, pero luego se han puesto a aplaudir y ha sido un momento muy bonito». A Luis García Plaza ayer ya no se le ocurrían más calificativos para referirse a sus jugadores. Pese a la decepción de no poder cerrar el alirón, el técnico del Real Mallorca aseguró sentirse «orgullosísimo» de todos y cada uno de los futbolistas del plantel.

«Para mí estos jugadores son unos campeones. Hemos empatado a puntos con el Espanyol, aunque por golaverage ellos son campeones y les felicito. Lo hemos tenido cerquita y creo que en la segunda parte hemos hecho ocasiones suficientes y muy claras como para haber resuelto el encuentro. Me ha dado la sensación que quizás hemos llegado un poco justitos a los últimos minutos del encuentro, pero un virus nos ha afectado esta semana y algunos jugadores llegaban tocados», analizó.

Luis García reconoció que ahora se tomará una semana de desconexión en Madrid, «para estar con mi madre y mi hermano», y luego empezarán unas pequeñas vacaciones «en las que tendré que estar enganchado al teléfono». «Me siento orgulloso de representar al Mallorca y a la isla y de que este equipo esté en Primera División. Mi mente está aquí y tengo contrato. De verdad que solo espero que las cosas salgan muy bien para poder crecer en este club», reconoció.

«Sé que el mercado no va a ser fácil para nosotros. En Primera tendremos, seguro, uno de los presupuestos más bajos. La confianza con la dirección deportiva es máxima, pero ahora es su momento. Tienen que reforzar el equipo en concordancia conmigo. Creo que hemos llegado para quedarnos en Primera, esa es mi sensación y lo que espero», zanjó el preparador.