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Tribuna

Un feliz reencuentro

Han tenido que pasar 14 meses para que la afición mallorquinista pudiera disfrutar otra vez en directo del fútbol y de una victoria de su equipo. Fue un reencuentro con un guión casi inmejorable, porque el triunfo deja al equipo de García Plaza a un solo punto de volver a la categoría que ostentaba cuando esta maldita pandemia que todavía sufrimos interrumpió la competición.

Nada podía fallar. El equipo sintió desde antes de iniciado el juego el aliento de una afición entregada como nunca. Un reencuentro con un gol para enmarcar, el de Salva Sevilla, y con otro de Abdón, el delantero que siempre será recordado por el que anotó ante el Depor. Dio igual quien estuviera sobre el campo. Russo en lugar de Raíllo, Lago por Sánchez, Sedlar por Galarreta o Baba o Gámez por Sastre. Todos cumplieron. Fue un triunfo trabajado, como lo son todos los de esta Segunda porque, como bien dijo Anquela antes del partido, el Mallorca es un equipo de Primera que ha sabido jugar como si fuera un equipo de Segunda. Luchar, no dar un balón por perdido, sí, pero también demostrar la calidad que aportan hombres como Salva Sevilla, que recibió una merecidísima ovación de los poco más de cuatro mil privilegiados que disfrutaron por fin de este fútbol sin plasma.

Ahora queda solo un punto para rematar la faena matemáticamente y Tenerife es la primera ocasión para conseguirlo. Un simple empate en las otras islas para que el próximo partido en Son Moix sea el de la fiesta de un ascenso y nos parezca que este año en Segunda ha sido un mal sueño y el Mallorca vuelve a donde se merece, la Primera División.

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