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«Que haya público, aunque sea en contra»

Jugadores, entrenadores y directivos del Palma Futsal, Poblense y Palmer Palma coinciden en señalar la importancia que ha tenido en sus equipos el regreso de la afición a las gradas

«Que haya público, aunque sea en contra» DM

Han jugado sin público en las gradas. También lo han hecho con un tanto por ciento mínimo de aficionados en su estadio o pabellón. Pero sobre todo recuerdan lo que era disfrutar de un encuentro rodeados del alboroto y los nervios que genera un auditorio lleno.

La que ha sido sin duda la temporada más atípica de los últimos años no ha pasado desapercibida para clubes de la isla como el Palma Futsal, Poblense o Palmer Palma. Ellos ya han testado lo que es competir sin el apoyo de los suyos, pero a diferencia del Real Mallorca, también han tenido la suerte ya de vivir el regreso de la afición a las gradas. De cómo influye y de la importancia que tiene en un partido hablan para DIARIO de MALLORCA, jugadores, técnicos y directivos de este trío de representantes de la isla.

«El fútbol sin público no es fútbol». Óscar Troya no admite discusión. El técnico de la UD Poblense reconoce que «se le podría llamar de otra forma, pero nunca fútbol». «Cuando no hay gente en las gradas todo se vive de manera mucho más lineal, sin emociones. Sobre todo no existe ese extra de motivación para hacer un sobresfuerzo que puede influir en el resultado. Cuando tienes el partido a favor, quizás no importan tanto, pero cuando está en contra, darle la vuelta a un resultado negativo resulta mucho más complicado. Los inputs que percibe el futbolista de la gente son fundamentales y lo hemos vivido en nuestra propia carne», reflexiona el preparador.

En la misma línea se posiciona Jaume Calonge, pupilo de Troya en las filas del conjunto pobler: «Cuando no hay gente la esencia no existe. Echas en falta ese nerviosismo, la presión antes de un encuentro o la seriedad que conlleva jugarte los tres puntos ante tus amigos o familiares. El hecho de contar con ruido y ajetreo alrededor te mantiene más concentrado, tanto si es a favor como en contra, porque es a lo que estamos más acostumbrados».

Álex Pérez, técnico del Palmer Palma, asegura que «el deporte es un espectáculo y los dueños son los espectadores». «Ellos son el sexto jugador y en momentos críticos es fundamental su presencia para meterse en un partido», reconoce. «Esto es como los artistas. Si les preguntas qué prefieren, si el teatro lleno o que retransmitan su obra por televisión, todos te van a decir que el teatro lleno. Al final los deportistas somos personas y vivimos de esas sensaciones y del calor que transmite la gente. Da igual que juegues en casa o fuera, todos los jugadores prefieren que los pabellones tengan público», relata.

«Personalmente la presencia de afición en las gradas me ayuda a concentrarme más”, coincide por su parte el ala-pívot estadounidense Sean McDonnell. «La energía que te transmite estar en una cancha con gente en los asientos, aunque sea en tu contra, es totalmente diferente. Sin público los partidos se vuelven mucho más monótonos y competir se hace mucho mas duro. El calor que sientes cuando los tuyos están alrededor te hace afrontar el partido de forma muy diferente», confiesa.

El Palma Futsal pudo meter en su último partido de la Liga regular ante ElPozo Murcia a 400 aficionados en las gradas de Son Moix. Aunque pocos, para lo que está acostumbrado a albergar ese pabellón en sus grandes citas, «ese calor ya se ha notado». «Nosotros trabajamos para que la gente disfrute y nos sentimos mucho más cómodos cuando pueden entrar en las gradas», valora el capitán del conjunto verde pistacho, Carlos Barrón. «En algunos encuentros ha dado la sensación de que estábamos jugando un partido de entrenamiento. Yo como aficionado y deportista me gusta siempre que haya público. Cuando juegas como local y necesitas ese apoyo, es verdad que la grada te lo da, pero si ganas como visitante, el público rival más se va a enfadar y mejor te va a saber la victoria», resume.

Por su parte, José Tirado, director general del Palma, reconoce que los jugadores «salen mucho más concentrados a la pista y se implican mucho más cuando hay espectadores». «Ha habido partidos en los que jugar sin público ha sido tristísimo y más en un pabellón como el de Son Moix, donde todos los rivales son conscientes de la gran presión que ejerce», aclara. «Hemos vivido de todos los colores esta temporada. Por ejemplo, fuimos a Cartagena a una pista que metía por primera vez 1.500 espectadores y después de siete u ocho meses sin poder hacerlo, los jugadores y los árbitros se vieron condicionados por la presión ambiental», recuerda. «A puerta cerrada el partido es frío y el jugador que no sale enchufado, muchas veces ya cuesta meterle», concluye.

Los aficionados del Real Mallorca regresarán mañana al estadio para volver a presenciar un partido de su equipo ante el Alcorcón.

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