Cualquier forma de ganar es válida pero hay que reconocer que ganar con miedo es algo distinto a todo lo demás.
Un 3 a 0 o un 4 a 0 te da tanta tranquilidad que casi ni lo disfrutas. Remontar un resultado adverso te da una adrenalina especial por lo que supone darle la vuelta a un marcador. Y ganar con un resultado ajustado te pone de los nervios.
Pero ganar con miedo, es mucho ganar. Y a estas alturas de la temporada la verdad es que da igual como se gane, la cuestión es sumar los tres puntos con la colaboración de algún rebote y hasta con la colaboración del rival por el ascenso que en otro campo va ganando por 2-0 y le empatan dándole más valor si cabe a tus propios miedos.
Con el miedo en el cuerpo, el Mallorca suma tres puntos que, añadidos al empate del Almería, ponen a los bermellones con ocho puntos de ventaja, más el gol average, con solo quince por disputarse.
El ascenso está más cerca y con miedo en el cuerpo, seguro que se disfruta más. Y si no, al tiempo. Ahora, al menos, se visitará al Málaga sin tanto miedo, y probablemente eso facilitará más las cosas, carencias incluidas, que las hay, y que sin embargo se han aliviado con la victoria ante el Mirandés.
Rostoll debutó con victoria; ahora le queda seguir sumando porque en La Rosaleda le toca otra vez.