Ayer amado, hoy vilipendiado. El fútbol tiene estas cosas. Siempre nos quedaremos con las ganas de saber cómo hubiera sido recibido Vicente Moreno ayer a la hora de comer -se supone que hubiera habido de todo-, pero seguro que los que hubiesen optado por pitar al actual entrenador del Espanyol lo hubieran hecho con más estilo que los cuatro descerebrados que ayer, sin dar la cara, realizaron pintadas insultantes contra el técnico de Massanasa. Posiblemente Moreno no se fue del Mallorca de la forma más elegante, comprometiéndose con el Espanyol en plena pelea por evitar el descenso, pero ni aunque hubiera sido de la peor manera imaginable, nada justifica que se le vilipendie con pintadas denigrantes que solo dejan en mal lugar al que las hace.
Como otros muchos antes que él, Moreno se fue, entre otros motivos, hastiado de que desde la cúpula no se satisfacieran sus peticiones, tragando refuerzos que no eran de su gusto, pero sí del principal ejecutivo del club, que cometió el grave error de jugar a técnico. Y así le fue. El valenciano es un profesional del fútbol con capacidad de elegir lo que más le conviene. Y eso nadie se lo puede reprochar. Quedémonos con lo mucho y bueno que ha dado al Mallorca y olvidémonos de despertar bajas pasiones. Y sobre todo, disfrutemos del actual inquilino del banquillo, que se comporta igual tanto en las victorias como en las derrotas.
El sentido homenaje de Abrines. El escolta mallorquín del Barcelona, Àlex Abrines, no lo dudó a la hora de a quién dedicar un nuevo título conquistado con su equipo, la Copa del Rey. Emocionado, se acordó de su abuelo, recientemente fallecido. En lo deportivo, anotó ocho puntos, dos triples, faceta en la que se convierte en el primero en la historia de la Copa del Rey en lograr un cien por cien de acierto: tres en cuartos, tres en semifinales y dos en la final. Además, nunca ha fallado un tiro de campo en partido de Copa, dieciséis de dieciséis, según datos de @2010MísterChip.
La lesión de Djokovic y las quejas de Taylor Fritz. Desde el comienzo del Abierto de Australia, Novak Djokovic se está quejando de molestias en los abdominales. En su partido ante el norteamericano Taylor Fritz dio la impresión, por momentos, que el serbio estaba realmente tocado, hasta el punto de que iba dos sets a uno abajo. Pero, milagrosamente, se recuperó en el quinto para ganar 6/2. El propio Taylor fue el primer sorprendido de la recuperación de su rival. «En los sets que gané ni los celebré por respeto a Djokovic, al que vi muy tocado, pero milagrosamente se recuperó en el quinto», dijo, no sin sorna. No es la primera vez que el balcánico hace algo semejante, por lo que cada vez son más los que dudan cuando gesticula de dolor en la pista.
Nadal, todo lo contrario. El mallorquín, que desgraciadamente de lesiones sabe más que nadie porque las ha padecido de todos los colores, sí está renqueante por sus molestias en la espalda. No jugó la Copa ATP y, sin alardes, ha superado a rivales de medio pelo. Esta pasada madrugada se las ha visto con el italiano Fabio Fognini, el primer rival de entidad, el mejor termómetro para saber el estado de su espalda y si tiene alguna posibilidad en el Abierto de Australia.
