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MINUTO 91

¿Cómo hubiera sido recibido Vicente Moreno el domingo?

El entrenador que condujo al Mallorca de Segunda B a Primera, ahora en el banquillo del Espanyol, vuelve a un Son Moix sin público. ¿Mejor para él?

Vinicius Tanque, ayer, delante de una pancarta en contra del racismo.

Nos quedaremos con las ganas de cómo hubiera recibido la afición mallorquinista a Vicente Moreno el próximo domingo. En el que posiblemente sea el partido más esperado de la temporada, por jugar primero contra tercero, y ser Moreno el entrenador del Espanyol, nos perderemos un espectáculo de primer nivel. En cualquier otra circunstancia, el valenciano hubiera sido recibido con aplausos por parte de una afición que siempre ha sabido reconocer a los que tanto han dado al club. Pero Moreno llega como el entrenador del archirrival del Mallorca en la lucha por el ascenso directo y con algún precedente esta temporada cuando menos poco elegante con el club en el que tanto ha conseguido y tanto le ha dado. Por ejemplo, cuando, preguntado por si el Mallorca estaba siendo favorecido por los árbitros, se limitó a responder que esperaba que «las cosas se igualaran». No le hubiera costado nada quedar como lo que tantas veces ha demostrado ser, un señor, y defender a la que ha sido su casa las tres últimas temporadas, aunque fuera con una declaración de cara a la galería. La pandemia nos privará de lo que hubiera sido una fiesta del fútbol y de saber la respuesta de la afición mallorquinista para con Moreno. Una lástima.

El gesto de Vinicius Tanque. El delantero del Atlético Baleares respondió durante y después del partido ante el Real Madrid Castilla. En el campo, marcando el gol que dio la victoria a su equipo, y fuera de él perdonando y olvidando los insultos racistas de que fue objeto hace una semana en la visita de los blanquiazules al Atlético de Madrid B. Un buen gesto del brasileño, que no significa que su club no tenga que seguir adelante con la denuncia por delito de odio para acabar con esta lacra de una vez por todas.

El Urbia se quedó con las ganas de conquistar la Copa del Rey de voleibol. La tarea era complicada porque enfrente tenía nada menos que al Guaguas canario, anfitrión de la competición. Pero el equipo de Marcos Dreyer dio la cara en todo momento y, aunque haya sido solo durante un fin de semana, ha supuesto el reencuentro con la emoción de un deporte espectacular como pocos que, por los motivos que sean, ha perdido protagonismo en los últimos años.

La enésima lesión de Nadal hace peligrar su participación en el Abierto de Australia que comienza hoy. El tenista de Manacor, que no ha disputado un solo partido de la Copa ATP por molestias en la espalda, se ha sincerado en la víspera de su debut y ha dicho que está «peor» de lo que le «gustaría». Parece seguro que debutará, pero es una incógnita si podrá aguantar muchos días en competición. En su primera oportunidad para superar a Federer en número de títulos de Grand Slam, Nadal tiene claro que no arriesgará para evitar males mayores. El mundo no se acaba en Australia.

Bordalás, todo un personaje. La durísima entrada de Djené al sevillista Ocampo -mírenla si pueden, pone los pelos de punta- provocó una dura disputa entre los entrenadores del Getafe y Sevilla, Bordalás y Lopetegui, respectivamente, que hubieran llegado a las manos si no les separan. Mientras Bordalás hizo un lamentable ejercicio de victimismo, Lopetegui olvidó el tema. Como tiene que ser.

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