Pudo hacer algo más en el gol de Advíncula. Manolo Reina no tuvo ayer mucho trabajo ante el Rayo, pero lo cierto es que no estuvo fino a la hora de detener el lejanísimo disparo del lateral peruano. Es verdad que el campo no estaba por la labor de ayudar tras el paso de Filomena, pero tuvo tiempo suficiente para reaccionar. 

El andaluz ha acostumbrado a todo el mundo a rendir a un nivel excelso y es el gran culpable de que solo lleven 11 goles en contra, pero ya son varias las jornadas en las que el guardameta bermellón se ha ‘humanizado’. En los balones aéreos tampoco estuvo muy seguro y dudó a la hora de salir a por ellos.