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Minuto 91

Las razones y sinrazones de Miquel Parera

Tienen toda la lógica las reclamaciones del guardameta canterano sobre su situación en el Mallorca, otra cosa es el modo y el momento en que lo ha hecho público

Luis García y Pepe Mel dialogan antes del partido. M. MIELNIEZUK

Partido al margen de ayer, el protagonista de la semana en el Mallorca, por un lado buscado y por otro no, ha sido Miquel Parera. Pocas veces un guardameta suplente, con pocas oportunidades de demostrar su categoría, y en este caso es mucha, ha montado un guirigay como el protagonizado por el de Manacor. Primero con su llamativo error, totalmente humano, en Fuenlabrada, que puso por delante a los locales en la prórroga de la eliminatoria de la Copa del Rey. Pero eso no fue nada comparado con lo que llegó al día siguiente, las quejas en redes sociales por su situación y su deseo de abandonar el club, por la sencilla razón de que quiere jugar. En un par de tuits, Parera, que acaba contrato en junio y, por lo tanto, es libre de negociar su futuro desde el pasado día 1, desveló su malestar por el fichaje de Fabrizio la temporada pasada, lo que le costó pasar a ser el tercer portero. De paso envió un mensaje, sin nombrarlos, a Vicente Moreno, Maheta Molango y Javier Recio. Otra cosa es hacer público un problema que debería quedar entre él y el club. Es aquello de lavar los trapos sucios en casa.

Luis García Plaza dio su versión el sábado de lo ocurrido en el ‘caso Parera’ y, como casi siempre, dio en el clavo. Convertido en el único portavoz del club, porque nadie más habla, el entrenador repartió juego. Dijo entender al jugador, y que se le ayudará en todo lo que se pueda, pero añadió que no tirará piedras sobre su propio tejado. Si Parera logra salir de su club de toda la vida será porque se ha conseguido un sustituto de garantías. «Y no será fácil», advirtió Luis García, «porque el club está tieso», dijo con su sinceridad habitual. Tal vez sin pretenderlo, el técnico dio una pista inmejorable de por dónde irán los tiros en el mercado invernal: pocos refuerzos y baratos, a ser posible a coste cero. La exposición de Luis García fue modélica de principio a fin, sin dejarse nada en el tintero en una respuesta de nueve minutos a preguntas de este diario. Eso sí, recordó a Parera que los contratos están para cumplirse.

El equipo confirmó ayer que ha entrado en su primera crisis, de juego y de resultados. Ante un Las Palmas que llegó a Son Moix como el único equipo de la categoría que no había ganado a domicilio, el Mallorca demostró que se encuentra en un bache. El grupo se ha quedado sin ideas, la defensa ha perdido su fiabilidad y varios jugadores están lejos de su mejor forma. Llegan quince días para recapacitar y empezar la segunda vuelta de forma diametralmente opuesta. Llega la hora de la verdad y una cosa parece clara: jugando como ayer no se ascenderá de forma directa.

El Palmer Palmer confirmó ayer que su mejoría no es flor de un día. Su victoria ante el Alicante, segundo clasificado y que hasta ayer solo había perdido un partido, es la más palpable demostración de que los entrenadores han dado con la tecla para que lleguen los resultados. Ganar por 80-69 a los alicantinos tiene mucho mérito. El equipo ha cogido velocidad de crucero y, lo que hace apenas un mes parecía imposible, meterse entre los cinco primeros y pelear por el ascenso, ahora resulta hasta probable.

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