Pudo salir cara, pero fue cruz para el Mallorca, que se despide de la Copa del Rey al caer ante el Fuenlabrada en la tanda de penaltis después de que la prórroga finalizara con empate a dos goles. La tuvo Cufré para clasificar a su equipo, pero Pol Vargas, guardameta de los madrileños, le adivinó la intención. Con 7-6 para el Fuenlabrada, Antonio Sánchez estrelló el balón en el poste y se consumó la eliminación rojilla.

Una eliminación que se empezó a gestar en el minuto 100 de la prórroga en una pifia monumental de Miquel Parera, que cometió un error al que le dará vueltas y más vueltas. En un saque de puerta, Gámez ha retrocedido a su portero, con la mala fortuna de que, cuando este iba a golpear, el balón le ha hecho un bote extraño y se ha introducido en el fondo de su portería. Un error humano que le podría haber pasado a cualquier otro guardameta. De hecho, la historia del fútbol está plagada de errores de este tipo. Hasta el mejor portero cuenta con al menos un borrón en su carrera. El equipo parecía irremediablemente eliminado. Pero a Luis García le quedaba la carta de Abdón, que, tras entrar en el descanso de la prórroga, necesitó nueve minutos para establecer la igualada y llevar la eliminatoria a los penaltis. Malditos penaltis para el Mallorca.

Con un equipo plagado de suplentes, todos menos Cufré y Galarreta, el Mallorca afrontaba la eliminatoria ante el Fuenlabrada para intentar meterse en la tercera ronda de la Copa del Rey. El gol de Trajkovski, un futbolista que está pasando sin pena ni gloria, adelantó al Mallorca, pero el Fuenlabrada dio la vuelta con un gol al comienzo de la segunda parte y el ya reseñado de Gámez en propia puerta tras el error de Parera. Una de las normas básicas del fútbol indica que un centro a tu portero no puede ir dirigido entre los tres palos. Se trata de correr el menor número de riesgos posibles. Pero en este caso no había ningún peligro porque el balón iba muy flojo y, además, no había ningún rival que inquietara.

El entrenador del Mallorca lo tiene claro. Ante la acumulación de partidos, el torneo del KO es para los menos habituales. Y la verdad es que a ninguno se le puede reprochar falta de actitud. Los ojos de buena parte de la afición mallorquinista estaban puestos en Fran González, el central del filial que debutaba con el primer equipo. Con una planta impresionante, el de Calonge, de 22 años, ha cumplido con creces en un partido en el que, todo sea dicho, no se ha visto muy exigido, como el resto de sus compañeros de zaga. Siempre al quite, Fran González ha jugado como si llevara toda la vida en el equipo. Se ha entendido a la perfección con Russo y en su debe solo hay que anotar la tarjeta amarilla que ha visto en el minuto 35 y que podría haberse ahorrado.

El Fuenlabrada, también con muchos suplentes, ha sido claramente inferior al Mallorca en la primera parte. No tan fiero como hace veinte días en Palma, donde se llevó el triunfo en Liga (2-3), el equipo de Sandoval se ha visto superado por un rival que, aparentemente, le ponía más ganas. Para la mayoría de los rojillos era un partido para reivindicarse. Para Febas, irregular; para Murilo, desaparecido; para Alegría, que ha aportado entre poco y nada; para Luka, al que se le han visto detalles, o el mismo Trajkovski, que ha anotado el gol de la clasificación pero al que se le debe exigir mucho más.

El panorama del partido ha cambiado de forma radical en la segunda parte. El Mallorca ha cometido el error de limitarse a defender su mínima ventaja y lo ha pagado con el empate del Fuenlabrada. Ha llegado como la mayoría de los goles que encaja el conjunto isleño, a balón parado. Esta vez ha sido de un saque de esquina que Diéguez ha aprovechado para batir a Parera y con Cufré haciendo la estatua. Un mal que empieza a ser endémico y más que preocupante.

Pese al palo que ha supuesto el empate, el Mallorca no se ha venido abajo y ha intentado que los locales no se les subieran a las barbas. A falta de veinte minutos ha entrado Diabaté, otro jugador del filial que ha debutado con el primer equipo, por un desacertado Alegría, que tira por la borda los minutos que le concede su técnico. Y a diez del final, en vista de que poco o nada pasaba, Lago y Salva Sevilla han entrado por Trajkovski y Febas. El partido iba irremediablemente a la prórroga.

Y en el tiempo suplementario ha sucedido la debacle para Parera, al que seguramente le habría gustado que se lo tragara la tierra. Pero el partido tenía deparada otra sorpresa, esta vez favorable al Mallorca. Abdón entró tras el descanso de la prórroga y solo ha necesitado nueve minutos para igualar la eliminatoria tras una serie de errores consecutivos de la defensa madrileña. Con su zurda ha abierto de nuevo las esperanzas de la clasificación. Sin tiempo, el partido se ha ido a los penaltis. Nteka ha fallado el cuarto penalti lanzado por el Fuenlabrada, parado por Parera. Si el Mallorca no fallaba se clasificaba. Cumplió Abdón, pero falló Cufré en el que debía ser el último lanzamiento. Vuelta a empezar. Y fue Antonio Sánchez el que falló el definitivo lanzamiento. Una lástima. Toca pensar en la Liga, que sufrirá un parón de quince días. Toca recargar pilas para intentar el asalto al gran objetivo de la temporada, el ascenso a Primera. Si se consigue, lo de hoy quedará en una mera anécdota.