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El rol perdido de Baba

El centrocampista ghanés, indiscutible con Moreno en Primera, paga su irregularidad con la suplencia a las órdenes de Luis García

Baba conduce el balón en el partido contra el Zaragoza en La Romareda. RCDM

Parece que ha pasado una eternidad cuando el Mallorca lo formaban Idrissu Baba (Acra, Ghana, 1996) y diez más. Pero de eso hace menos de cinco meses, cuando, con Vicente Moreno en el banquillo, el centrocampista disputó 35 de 38 partidos posibles en Primera División. Baba era, para el hoy entrenador del Espanyol, el ancla del equipo, el que se encargaba de destruir el juego del rival y el que, con su gran zancada, abarcaba todo el centro del campo.

Todas estas virtudes parecen haberse perdido esta temporada, con Luis García en el banquillo. Baba empezó el curso de titular, como no podía ser de otra manera. Incluso el técnico madrileño llegó a reconocer que el africano era el único perfil de jugador que no tenía repetido en la plantilla. Es decir, que no tenía sustituto para él. Así de importante era el rol del futbolista.

Pero Baba empezó a fallar. En el campo, con actuaciones más que discretas, y fuera de él. Las llamadas de su selección no le ayudaron a conseguir la regularidad que tanto buscaba. Se perdió el partido en Lugo por un compromiso internacional contra Mali. Después llegó su ausencia ante el Castellón por sanción. Y, posteriormente, una lesión le apartó del equipo varias semanas.

Con todo este cúmulo de circunstancias, que jugaron en su contra, Luis García dio cuerda a Ruiz de Galarreta. Y el centrocampista vasco, que la temporada pasada jugó cedido en el Las Palmas, ha convencido a su entrenador con actuaciones más que convincentes. Hasta el punto de que ya nadie discute su titularidad. Baba tendrá que esperar, al menos mientras los resultados sigan sonriendo al equipo.

Baba se dio a conocer a la afición mallorquinista en el partido de vuelta de la fase de ascenso a Primera ante el Deportivo. Suplente con Moreno aquella temporada, el partido de sanción que se vio obligado a cumplir Marc Pedraza por su expulsión en la ida en Riazor, le abrió las puertas de par en par para hacerse con un hueco en el equipo. Y no solo en aquel partido. Todos los honores se los llevó Abdón con el gol del ascenso y Reina con la parada en el último segundo, pero a nadie le pasó desapercibido el gran partido de Baba, omnipresente de principio a fin y alabado por todos.

En Primera llegó su eclosión, pese a que el equipo descendió a Segunda. Para el recuerdo, entre otros muchos momentos, el que protagonizó en Eibar cuando se hizo el muerto, tendido sobre el césped, mietras Kubo celebraba el gol de la victoria junto a Cucho Hernández y Pozo, una imagen que se hizo viral en las redes y que en los días posteriores fue imitada por muchos equipos de la isla.

Baba, que llegó al juvenil del Mallorca junto a Stephen, procedente del Leganés -que tiene un 50 por ciento de un posible traspaso del jugador-, es de la quinta de Brandon, Marco Asensio y Cedric, con quienes coincidió en las categorías inferiores del Mallorca. Vista su progresión, el club le amplió el contrato en julio de 2019 hasta 2022, con una cláusula de rescisión de 45 millones de euros.

A comienzos de octubre, en el cierre del mercado, su nombre sonó como uno de los posibles sustitutos de Thomas, por el que el Arsenal pagó su cláusula de rescisión al Atlético de Madrid. Finalmente ha sido Kondogbia el elegido por Simeone.

Baba sigue siendo un hombre importante, pero debe volver a empezar de cero y esperar una oportunidad que, de momento, se le resiste.

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