Este es uno de esos partidos que están marcados desde hace tiempo en el calendario. Esta tarde se miden dos trenes en marcha, que van a máxima velocidad y que sueñan con alcanzar la Primera División. Queda mucho para eso, pero su camino es impecable. El Mallorca defenderá su liderato, aunque la victoria del Espanyol de ayer le hizo dormir como segundo, frente a un Almería que da miedo. Y que está hambriento. Por eso hoy se presenta una sensacional oportunidad para demostrar galones y seguir en lo más alto de la tabla -le basta un empate-.

Los de Luis García Plaza acumulan catorce jornadas sin perder, una auténtica barbaridad, pero es que los andaluces llevan seis triunfos seguidos y diez choques sin perder. Por eso ambos están en los puestos de privilegio y, también por eso, este duelo reúne tantos alicientes. Los bermellones son el mejor visitante de Segunda, por lo que el examen en el Juegos del Mediterráneo es de los que motivan de verdad.

El preparador madrileño, que seguirá sin contar con los lesionados Trajkovski y Marc Cardona, dio menos pistas de lo habitual, pero todo apunta a que apostará por el once más de gala posible, si eso se puede llegar a decir en un equipo acostumbrado a tantos cambios. La gran duda reside en si alineará a Baba en el pivote defensivo o seguirá con Galarreta y Salva Sevilla en el centro del campo. García Plaza quiere tener el balón y ser fuerte, por lo que Antonio Sánchez puede ser una de sus soluciones en el flanco izquierdo, mientras que en el derecho seguiría Mboula, con Dani Rodríguez y Amath en punta. Cufré y Joan Sastre, que descansó ante el Logroñés, junto a Valjent y Raíllo, serán los que ayudarán a defender la portería de Reina de los Corpas, Sadiq y compañía.

El Almería, que ha ido ganando en solidez y oficio pese a ser el equipo con la medida de edad más joven de la competición, alcanzaría al Mallorca en la tabla si vence, con un partido menos. La paciencia ha sido clave, un equipo que ha pasado de las críticas a los halagos como consecuencia de una racha basada en la solidez defensiva -en cuatro de los últimos nueve partidos no ha encajado- y en la efectividad en ataque. Además, lo ha hecho pese a la acumulación de partidos y la aparición de un caso de coronavirus (Juan Villar), lo que hizo que antes de ir a Oviedo, no pudiera trabajar aspectos tácticos. Está por ver si el técnico José Gomes rota a sus pupilos, pero no es un duelo para guardarse a los mejores.