Abdón Prats llegó a tiempo para dar los tres puntos al Mallorca con un golazo de chilena en el minuto 91, cuando tanto el Almería como los rojillos daban por bueno el reparto de puntos. El delantero de Artà, que el domingo marcó su primer gol en la Liga -de hecho, el primero desde el que anotó ante el Deportivo en la eliminatoria de ascenso a Primera, hace ya año y medio- había entrado hacía diez minutos por Cufré. En el añadido recibió un centro de Lago, que acababa de entrar por Amath y, para sorpresa de todos, se elevó sobre la defensa local para conectar un empalme de chilena espectacular. Con ello dio la victoria al Mallorca, que seguirá una semana más como líder en solitario. Marcó el gol que todo delantero sueña. Y además supuso el tanto de la victoria y con el tiempo ya cumplido. Será verdad aquello de que el fútbol es un estado de ánimo. Que se lo digan a Abdón.

Con nota superó el Mallorca un partido a priori muy complicado por la entidad de un rival que, por lo visto esta tarde, está llamado a ser uno de los equipos que pelearán hasta el final por conseguir una de las dos primeras plazas, las que dan el ascenso directo a Primera. El equipo de Luis García ejerció de líder y no se dejó impresionar por los números de los andaluces, que llegaban a la cita con seis victorias consecutivas, un récord casi imposible en una categoría tan igualada como la Segunda División. No se dejó intimidar por la corpulencia de su delantero centro, el nigeriano Sadiq -1,92 contemplan a este futbolista de 23 años, que ha fichado procedente del Partizán por seis millones de euros-, ni por el poblado centro del campo.

Sastre, Oliván y Baba fueron las novedades en los rojillos con respecto al equipo que goleó el domingo al Logroñés. Luis García dio descanso a Salva Sevilla por un Baba que era vital en labores de contención en un partido de este nivel; el de Porreres recuperó la titularidad en perjuicio de un Gámez que fue de los destacados ante los riojanos y Oliván ocupó el lateral izquierdo mientras que Cufré se desempeñó en labores de interior.

Era el de los Juegos del Mediterráneo un partido clave para ratificar la buena marcha del Mallorca. El rival se las trae, un equipo que practica un buen fútbol de toque, con un gran potencial ofensivo y gran profundidad de plantilla. Tanta que José Gomes, técnico del Almería, introdujo hasta nueve cambios con respecto al equipo que se impuso el lunes al Oviedo. Casi nada.

Los dos equipos entraron al partido con mucho respeto, quizá demasiado. De ahí que los guardametas, Fernando y Reina, apenas intervinieran en la primera parte. El Mallorca porque estuvo poco clarividente en ataque mientras que el Almería vio cómo la mejor defensa del fútbol español frenaba a sus delanteros, especialmente a Sadiq. El ritmo en la primera media hora fue muy alto, tanto que se tomaron un respiro ambos equipos en el último cuarto de hora. La intensidad del juego se tradujo en cinco tarjetas amarillas, tres para los locales y dos para los visitantes, Antonio Sánchez y Baba.

En la segunda parte el Almería se hizo con el dominio del partido, aunque sin crear peligro en la portería de Reina. A los diez minutos, y al comprobar Luis García que Antonio Sánchez jugaba la segunda amarilla, no se lo pensó dos veces y lo sustituyó. Y también a Baba, el otro con tarjeta -la quinta, por lo que no podrá jugar contra el Castellón el lunes- por Salva Sevilla. El andaluz, que jugaba en su ciudad natal, volvió a formar pareja en el doble pivote con Galarreta, que en poco tiempo se ha convertido en insustituible para su entrenador. El vasco tiene un imán. El balón siempre va a sus pies, y si no, él lo busca permanentemente. Siempre se ofrece, siempre la pide, nunca se esconde. Y sus compañeros lo agradecen.

A media hora del final, Gomes dio entrada a Corpas, su máximo goleador con siete dianas. Estaba claro que el técnico no se conformaba con el empate. Pero el Mallorca ganó con la entrada de Salva Sevilla, que se hizo con el balón. El andaluz puso la pausa que necesitaba el equipo.

Una jornada más, el Mallorca ha demostrado ser un equipo solidario, sin duda una de las claves del éxito del equipo. Y lo demostró, sobre todo, en dos jugadas: en un saque de esquina a favor perdido, Amath, el hombre más adelantado, se plantó en defensa como una flecha. Y, en el minuto 67, tras el saque de falta de Salva Sevilla que detuvo Fernando, el equipo se replegó en un efecto acordeón que 'sonó' a gloria. Los tres goles encajados en dieciséis partidos no es una casualidad. Cuatro minutos después de esta falta el Almería gozó de su más clara oportunidad, por partida doble. En una pérdida de balón de Dani Rodríguez, en el que posiblemente fuera su único error en todo el partido, Samu remató al poste derecho de Reina. El rebote lo recogió Sadiq y su remate fue detenido por Reina.

A diez minutos del final Luis García mostró su ambición danto entrada a Abdón por un Cufré más que discreto, que parece encontrarse más a gusto en el lateral que de extremo. En el 84 la tuvo Mboula, pero su remate de cabeza se fue desviado tras superar al portero. Pero el partido nos tenía deparada una sorpresa, del todo inesperada. Abdón fue el protagonista al marcar un gol de bandera y que se repetirán hasta la saciedad en las televisiones. Sin duda, el gol de la jornada que mantiene al Mallorca líder en solitario. Y con todo merecimiento.