Una vez oí a Valdano decir que una de las cosas más bonitas que tiene el fútbol es que ofrece siempre oportunidades de revancha. Esta vez ha llegado 25 años después.

El último partido que recuerdo entre el Mallorca y el Logroñés, también en Segunda División, se jugó hace 25 años, en noviembre de 1995, en el histórico Lluís Sitjar. Fue el debut en Palma de Mané como entrenador, sustituto de un Irulegui destituido cinco días antes. El partido finalizó con un rotundo 0-4 a favor de los riojanos. Para que haya más similitudes con lo sucedido ayer, el Mallorca vio cómo el árbitro le expulsaba un jugador y tenía que jugar todo el partido con 10. Demasiados handicaps para superar al equipo de Juande Ramos. Al día siguiente titulábamos en Diario de Mallorca: «Mané se ahoga en rioja». Ayer García Plaza pudo brindar con rioja por un liderato que conserva tras un partido completo, que se puso de su lado desde el momento en que el árbitro señaló penalti. No sabemos si Dani Rodríguez se había empeñado en emular a Sergio Ramos, que falló dos penaltis ante Suiza, pero su doble error le salió mejor al Mallorca ya que cuando los riojanos se quedaron en inferioridad se acabaron sus posibilidades.

Por cierto, aquella temporada el Mallorca acabó la liga tercero y perdió la promoción ante el Rayo Vallecano. El Logroñés fue segundo gracias a su mejor golaveraje y ascendió. Ahora ya solo nos deben un ascenso.