No se puede entender este partido sin lo que sucedió en el minuto tres con la expulsión de Andoni López, pero esta gran victoria del Mallorca frente al Logroñés quedará en el recuerdo por el golazo de Luka Romero. El atacante entró con el encuentro decidido, pero protagonizó una acción impropia de un niño que juega entre hombres. A sus dieciséis años y once días, se convirtió en el goleador más joven en la centenaria historia del club gracias a un zurdazo inolvidable que le conmovió y que emocionó a sus compañeros y al mallorquinismo. Fue una guinda inesperada a la tarde más plácida de la temporada que afianza en el liderato a un Mallorca que sigue lanzado y en el que Salva Sevilla, Amath y Abdón, sí, Abdón, también tuvieron su premio. El artanenc no celebraba un gol desde aquella mágica noche del 23 de junio de 2019, cuando se convirtió en el héroe del ascenso ante el Deportivo, aunque esa es otra historia. Los números del equipo de Luis García Plaza son un escándalo. Lleva catorce encuentros sin perder tras quince jornadas y este domingo volvió a dejar la portería a cero. Sin embargo, esto no se traduce en llevar una gran ventaja a sus perseguidores, por lo que deberá seguir con el pie apretado en el acelerador. Es cierto que ayer lo tuvo menos complicado que en otras ocasiones, pero tampoco es su culpa. 

Nada más empezar, en el minuto dos, el colegiado consideró cesión, en una polémica decisión, al portero del Logroñés. Salva Sevilla disparó y el defensa Andoni López despejó la pelota con el brazo cuando se colaba al fondo de la portería. Penalti y expulsión. El panorama no podía ser más idílico para el Mallorca. Pero todavía había más emociones por vivir. El meta Santamaría adivinó la intención de Dani Rodríguez desde los once metros, pero el madrileño Moreno Aragón ordenó repetir el lanzamiento al considerar que Bobadilla había entrado en el área antes de que el gallego chutara. Es la misma acción que le sucedió, en contra, la temporada pasada al Mallorca en el Wanda en el duelo ante el Atlético de Madrid. 

Y otra vez Dani Rodríguez se encontró desde los once metros con el acierto del cancerbero, que no pudo impedir que su rechace fuera aprovechado por Salva Sevilla para elevar el 1-0 al marcador. Sucedieron más cosas en seis minutos que en la totalidad de muchos otros encuentros del curso. 

Los rojillos se encontraron en una situación ideal para sentenciar, pero su falta de puntería impidió adelantar la tranquilidad. Primero con un remate de Antonio Sánchez, absolutamente solo, que envió a las nubes y, después, Mboula fue muy inocente tras una fenomenal contra lanzada por Gámez, con un tiro muy flojo. Dani Rodríguez, visiblemente frustrado por haber fallado dos penaltis, se pudo quitar la espina, pero su chut se estrelló otra vez en un formidable Santamaría.

Galarreta, qué bueno es este jugador, envió su chut desde la frontal al larguero después de que, otra vez, el meta de los riojanos rozara la pelota. El Logroñés, visiblemente desquiciado, apenas podía superar el centro del campo y, de hecho, su único tiro en todo el choque fue el de Medina. Los de Sergio Rodríguez se colocaron con un 5-3-1 para tratar de evitar que el Mallorca anotara el segundo. Pero no se pueden poner diques en el mar. Amath, tras un saque de esquina, recogió el balón en el corazón del área y marcó en el minuto cuarenta. La segunda parte solo sirvió para que los baleares se recrearan y los visitantes, sin Santamaría lesionado, alargaran su pesadilla. Amath, Galarreta y Mboula buscaron el tercero, pero el destino le hizo un guiño al mallorquinismo. Abdón Prats, que había entrado junto a Murilo poco antes, marcó tras una fabulosa acción de Fran Gámez, con robo y centro al área que el de Artà fusiló con la zurda al meta Yari.  

Era el minuto sesenta y ocho y el choque ya estaba más que resuelto, por lo que García Plaza también movió más fichas. Dio descanso a Dani Rodríguez y le dio una oportunidad a Luka Romero que jamás olvidará. El adolescente recogió el pase de Sevilla con un gesto técnico sensacional y soltó un zurdazo impresionante para anotar su primer gol como profesional. Una auténtica maravilla que lo celebró a lo grande junto a sus compañeros. Todo un premio para una jornada redonda. Queda mucho, pero que siga la fiesta.