El Mallorca puede darse con un canto en los dientes por el punto obtenido esta tarde ante el Sporting de Gijón, el mejor equipo que ha pasado por el Visit Estadi y, probablemente, el más intenso al que se ha enfrentado en este primer tercio de campeonato. Y puede, y debe, dar por bueno este empate porque, sobre todo en la primera parte, los de David Gallego pasaron por encima de su rival. Y si no se fueron con ventaja al descanso fue porque allí estaba, una vez más, Manolo Reina, inconmensurable en un par de acciones que, con otro portero bajo palos, hubieran sido gol sí o sí. A los diez minutos evitó que el rival se adelantara con un paradón a disparo de Aitor García, un buen futbolista, rápido, de exquisito trato con el balón y que no duda a la hora de rematar. Tampoco hay que olvidarse de los centrales, Raíllo y Valjent, que llevaron por el camino de la amargura a Djuka, Manu García y Aitor García, que hicieron lo posible y lo imposible para marcar, cogiendo siempre la espalda a la zaga mallorquinista. Se echaba en falta a un jugador del perfil de Baba, un centrocampista de contención que abortase los muchos intentos del Sporting, que encontraba un filón en los contragolpes. El liderato, que estaba al alcance de la mano, tendrá que esperar, tras el tropiezo del Espanyol ante el Girona el viernes.

Al Mallorca le ha costado un mundo crear. No lo ha hecho en prácticamente todo el partido. Entre otras cosas porque no ha tenido el balón. Salva Sevilla se ha cansado de correr a ninguna parte, y las pocas veces que se ha hecho con el esférico o lo perdía o no tenía a quién pasarla por la presión de los asturianos, que tenían bien presente que el faro de este equipo es el almeriense. Con Amath como delantero de referencia, que ha pasado inadvertido, los extremos Mboula y Antonio Sánchez han estado más pendientes de defender que de atacar y apenas se les ha visto en funciones ofensivas.

Resultaba interesante comprobar si reaccionaría o no el Mallorca tras el paso por vestuarios. Si quería ganar el partido tenía que cambiar de forma radical. No lo hizo, o muy tímidamente. Comenzó bien, pero el Sporting, que ha dado un paso atrás, tenía tomada la medida a los rojillos. El equipo de Luis García ha atacado poco y mal, siempre muy previsible, con centros de Sastre que nunca encontraban rematador y conducciones de Dani Rodríguez que tampoco tenían final feliz.

A veinte minutos del final, Febas y Murilo han entrado por Salva Sevilla, con tarjeta, y Mboula, intrascendente toda la tarde. Pero nada ha cambiado. Con el paso de los minutos el Sporting se ha vuelto a hacer dueño del balón y, aunque se ha acercado menos que en la primera parte a la portería de Reina, ha sido el claro dominador del juego, el equipo que ha ido a por los tres puntos. Con el tiempo casi cumplido ha entrado Trajkovski, se supone que para perder tiempo, por Amath. Curiosamente, el macedonio se ha lesionado al minuto de entrar, un problema muscular que indica una pésimo precalentamiento. Alegría ha entrado por el lesionado, pero no le ha dado tiempo a tocar el balón. Sin duda, un claro mensaje del entrenador hacia él y Abdón, que apenas cuentan.

Al final, reparto de puntos, visto lo visto, la mejor noticia para el Mallorca, que continúa blindando su portería pero que tiene mucho margen de mejora en ataque, no solo en el gol sino en la creación de la jugada.