Si algo está dejando claro este principio de temporada es que el Mallorca de Luis García rinde mejor fuera que en Son Moix. El meritorio empate en el campo del Espanyol de Vicente Moreno, confeccionado para ascender como campeón, y la solvente victoria ante el endeble Lugo así lo demuestran. El equipo parece tener las ideas muy claras cuando juega a domicilio, sabe en todo momento lo que tiene que hacer y se muestra hasta cómodo ante rivales que, por jugar en casa, salen con vocación ofensiva. 

Todo lo contrario ocurre cuando el Mallorca juega en Son Moix. Es otra película completamente diferente. El debut ante el Rayo se saldó con una derrota que, además de justa, fue incluso hasta merecida por la mayor ambición de los madrileños. Frente al Sabadell un remate salvador de Dani evitó una nueva decepción en otro partido para olvidar, por lo aburrido que fue. Algo mejor, pero no mucho, fue el duelo contra el Tenerife, pero el equipo sigue sin convencer cuando debe llevar el peso del partido ante rivales que dan por bueno el empate.

Es una evidencia que arriba falta un hombre gol. Si lo encuentra el técnico en Cardona o Amath habrá dado un paso de gigante para desatascar los partidos. De momento, el equipo rinde mejor fuera.