Si algo dejó claro el Mallorca tras su victoria en Lugo es que necesitará los goles de Amath, Cardona y compañía. El equipo, que por una razón inexplicable juega mejor como visitante que como local, se ha deshecho de un flojo Lugo gracias a un penalti inocente por mano que el VAR que ha transformado con maestría Salva Sevilla. El equipo construye el juego, crea oportunidades pero no define, la gran lacra del equipo desde que arrancó la temporada. Aun así, la versión B de este Mallorca ha aprobado con nota y ha dejado claro que en el banquillo hay jugadores de sobra para competir con garantías y que cuenta con un muro detrás, siendo el cuarto partido seguido sin encajar.

Tan solo ha habido un equipo en el césped del Anxo Carro. El Mallorca, muy superior en todas las áreas del juego, ha dominado de principio a fin a un Lugo que no opuso resistencia en los noventa minutos, abocado a una suerte esta temporada que será evitar el descenso. El encuentro era una prueba de fuego para muchos de los no habituales. Ha apostado García Plaza por el doble lateral en banda izquierda con Oliván y Cufré y le ha salido a la perfección. Los dos 'Braians' del equipo han formado una gran sociedad y han llevado la mayoría del peligro. En el argentino hay jugador para rato. Ya avisó Dani Rodríguez durante la semana que Cufré tiene una calidad diferente. Y vaya si la tiene. Suya fue la primera ocasión del partido. Situado en el vórtice del área al más puro estilo de un delantero, recibió de espaldas un pase del gallego y con un control orientado se deshizo de su marcador y disparó con rosca, quedándose a pocos centímetros de encontrar el ángulo de la meta defendida por Cantero. Aportando mucha profundidad en la izquierda, el ex de Vélez ha demostrado tener un guante en su pierna izquierdo, sirviendo balones al área que no han encontrado rematador.

El Mallorca de la primera mitad si que se ha parecido mucho más a lo se espera de este equipo. Dominador de todas las facetas del juego, desde el primer momento se ha impuesto a un flojo Lugo que en ningún momento ha dado la sensación de poder crear peligro a Reina, un espectador más en el Anxo Carro. Tras Cufré, ha sido el turno de Murilo, la otra nota positiva del encuentro. El brasileño, prácticamente inédito hasta el momento, desbordó, encaró y disparó, precisamente lo que se le pide a un extremo de sus condiciones. Pudo marcar tras una gran jugada colectiva, pero su disparo, centrado, no puso en riesgo a Cantero.

Los primeros 45 minutos han terminado como empezaron, con un empate que no hacía justicia a lo visto sobre el verde. Tras el paso por vestuarios, los hombres de García Plaza han salido decididos a adelantarse en el marcador. Con las líneas más avanzadas, han comenzado a asediar el área y se han encontrado con un premio que no esperaban de la manera más inesperada. Tras un control de Murilo con el pecho, el incombustible Pita, actuando hoy de central, ha golpeado el balón con la mano. Una acción a todas luces involuntaria, pero que el VAR no ha dudado en señalar como penalti. Salva Sevilla, por el centro, ha logrado el primer y único gol del partido.

Tras el gol, el Mallorca ha bajado la intensidad y ha dado alas a un Lugo que ya se veía desahuciado. Empieza a ser una constante que el Mallorca, tras adelantarse en el marcador, baje el pie del acelerador. Y los mensajes desde el banquillo invitan a ello. García Plaza ha quitado del campo a los dos extremos para dar entrada a Antonio Sánchez y Febas, buscando mayor control del partido, aunque el efecto ha sido el contrario. Primero un centro peligroso de Campabadal que entre Reina y Raíllo han despejado como han podido, y luego ha sido Barreiro quien ha probado al de Villanueva del Trabuco, con un fuerte remate de cabeza que ha detenido en dos tiempos.

A falta de veinte minutos, con los jugadores de ambos equipos muy nerviosos, el choque se ha convertido en un campo de batalla, con una gran cantidad de faltas excesivamente duras y el colegiado Gálvez Rascón mostrando tarjetas amarillas por doquier. Tal era el nivel, que Xavi Torres en apenas cuatro minutos se ha marchado expulsado al ver dos amonestaciones seguidas, y ya en el tiempo de añadido fue Carlos Pita quien se marchó antes de tiempo, dejando a los suyos con nueve jugadores. Los continuos parones del juego han beneficiado al Mallorca, que simplemente se ha dedicado a gestionar los últimos minutos para embolsarse la tercera victoria consecutiva, la primera a domicilio, y asomar la cabeza en los puestos de playoff de ascenso.