El Mallorca consiguió su segunda victoria consecutiva. Si hace siete días la víctima fue el Sabadell, ayer fue el Tenerife el que se dejó los tres puntos en el Mallorca Visit Estadi. Y llegó desde la pizarra, con un gol de estrategia. A los veinte minutos Oliván lanzó una falta a la cabeza de Valjent, que se fue de su marcador y remató a placer a gol. Desde enero de este año, en la goleada del Mallorca al Valencia, no marcaba el conjunto rojillo en jugada de estrategia, esas que tanto ensayaba Dani Pendín, segundo de Vicente Moreno. Los resultadistas dirán que, es verdad, el equipo juega a muy poca cosa, pero son ya siete puntos; los más exigentes defenderán que jugando de esta manera no se puede aspirar a recuperar la Primera División. Sabadell y Tenerife no son rivales temibles, a priori deben ocupar la zona baja de la tabla y no sirven para calibrar lo que puede dar de sí este Mallorca. Pero lo cierto es que el equipo sigue teniendo más sombras que luces.

Fue otro partido plomizo del equipo de Luis García, al que le cuesta arrancar. Juega a media marcha, con una falta de ritmo desesperante. El partido era una copia del duelo disputado ante el Sabadell. Un juego previsible y con una delantera que no luce. Solo algún chispazo esporádico de Lago fue de lo poco noticiable, ante la inoperancia de Abdón y Murilo, ayer titular por la lesión de Mboula. Hace falta un delantero centro como el comer, sea Budimir -el lunes saldremos de dudas- o quien sea. El punta de Artà le pone toda la voluntad y sacrificio del mundo, pero está muy lejos de ser el delantero titular de un equipo que aspira a subir.

Otra victoria con sombras

El primer tiempo se reduce a tres acciones: el mencionado gol de Valjent, el primero que marca con la camiseta del Mallorca, un posible penalti cometido sobre Murilo en el minuto 35, que es empujado dentro del área, y el larguero del Tenerife en remate a bocajarro de Jacobo, cuando el gol se daba por hecho.

La segunda parte no pudo empezar mejor para los locales, que se dejaban dominar por un Tenerife algo más ambicioso pero igual de inoperante. En la primera acción atacante del Mallorca, Dani Rodríguez fue objeto de penalti por parte de Aitor Sanz, que reclamó que tocó el balón antes que al jugador. El colegiado consultó con el VAR, pero desde la sala de imágenes lo debieron ver muy claro porque tardaron un suspiro en decidir que la acción era penalti. Lo lanzó con maestría el propio Dani Rodríguez para dejar el partido sentenciado. Es el segundo gol consecutivo del gallego tras el marcado al Sabadell.

El partido parecía decidido, entre otras cosas por la nulidad de un Tenerife muy mediocre, pese a que con los dos goles en contra se hizo dueño del partido. Los locales pensaban que ya habían hecho los deberes y dejaron hacer a su rival a la espera de que pasaran los minutos. Craso error siempre. El Mallorca se durmió y pasó por más de un susto tras la entrada de Suso y Apeh. Cedió peligrosamente el control del balón a su rival y este se acercó a Reina, que tuvo que intervenir más de lo deseado.

Los jugadores celebran el gol de Valjent.

Luis García dio entrada a Antonio Sánchez por un Murilo que desaprovechó su oportunidad, y poco después Alegría y Febas también entraban por Abdón y Lago. Nada cambió. El Mallorca había perdido el control del partido. A veinte minutos del final le anularon justamente un gol a Apeh por fuera de juego. Era un aviso. A los locales les salvaba su fiabilidad en defensa, no en balde ha encajado un solo gol en cuatro partidos. Y también la ventaja de dos goles que le daba una tranquilidad casi definitiva. Reina evitó que el Tenerife acortara distancias a cinco minutos del final con una doble intervención, primero a un remate de Sipcic y después con una doble mano prodigiosa. Con el tiempo casi cumplido se produjo el debut de Cufré y de Galarreta y una ocasión clarísima de los locales en una contra que acabó en saque de esquina tras un remate de Antonio Sánchez.

A este Mallorca todavía en construcción le faltan muchas cosas, más alegría en el juego, peligro por las bandas y un delantero que remate las, de momento, escasas ocasiones que se crean. Lo positivo, a la espera de tiempos mejores que han de llegar, es que todas las dudas que genera el equipo se producen con victorias, lo que permite al equipo avanzar y no quedarse descolgado de las primeras plazas. Hay que felicitarse por la victoria, la segunda del curso, aunque llegue con más sombras de las deseadas. Próxima estación, Lugo.