A lo mejor le faltaba a Aleix Febas un entrenador que confiara en sus posibilidades. Y, aunque la temporada no ha hecho más que empezar, parece que lo ha encontrado en la persona de Luis García Plaza, de momento su gran valedor. Febas, nacido en Lleida hace 24 años, llegó a la isla precedido de una fama bien fundada de buen futbolista, técnicamente muy dotado al que quizá se le echaba un poco de menos el físico. Procedente del Real Madrid, que se ha reservado un 50 por ciento de los beneficios de un futuro traspaso, firmó por cuatro temporadas con el Mallorca, que acababa de ascender a la máxima categoría en el play off contra el Deportivo de Martí.

Iba a ser su primera experiencia en Primera División y pagó la novatada. Vicente Moreno confió en prácticamente los mismos que lograron el ascenso y se convirtió en tarea imposible desbancar del once titular a jugadores como Salva Sevilla, Dani Rodríguez y compañía. Jugó en el año de su estreno en el Mallorca 29 partidos, pero solo cinco de ellos completos, para un total de 1.688 minutos. Febas no consiguió nunca convencer al hoy técnico del Espanyol, que se entregó a la calidad y experiencia de Salva Sevilla. Esta falta de confianza la pagó con partidos muy discretos siempre que entraba al terreno de juego. Su presencia era casi siempre intrascendente, no tenía nunca presencia en el juego.

Pero ha sido con Luis García cuando se está volviendo a sentir importante, como lo era en el Zaragoza y Albacete, equipos a los que fue cedido por el Real Madrid antes de recalar en el Mallorca.

El nuevo técnico mallorquinista ha confiado en Febas desde el primer momento, ya en la pretemporada. Fue titular ante el Lugo, en el último partido de preparación, la mejor pista de que iba a ser de la partida contra el Rayo Vallecano en el estreno liguero. Fue la gran sorpresa de Luis García, no tanto su presencia en el equipo titular, sino la ausencia del hasta ahora intocable Salva Sevilla. El preparador madrileño, todo un experto de los banquillos a sus 47 años, posiblemente no haya tenido que justificar nunca tantas veces la titularidad de un jugador: “Hizo una buena pretemporada y considero que está en un buen momento”, explicó, ante la sorpresa general por la suplencia del centrocampista andaluz.

Febas no respondió a la confianza del técnico ante el conjunto rayista. Se vio al futbolista que apenas interviene en el juego, ni para bien ni para mal. Pero Luis García, que le defendió públicamente tras el partido inaugural, no le dejó en la estacada y en la segunda jornada siguió confiando en él como titular, esta vez como media punta, con Salva Sevilla y Baba guardándole las espaldas. Y fue cuando realizó su mejor partido desde que recaló en el Real Mallorca.

Acostumbrado a desenvolverse como medio centro, su posición adelantada en el campo del Espanyol le permitió explotar sus muchas cualidades. Con el paso de los minutos se sentía cada vez más cómodo y con más peso cuando el equipo era el dueño del balón. Disputó como si fuera el último todos los balones, provocó un buen número de faltas ydistribuyó con criterio. Fue el conductor del juego del equipo. 

Si mantiene el nivel mostrado el domingo puede convertirse en el mejor refuerzo del equipo. Salva Sevilla seguirá siendo importante y jugará muchos partidos, en palabras de su entrenador, pero Febas dispondrá de las oportunidades que le faltaron la temporada pasada. Ya sabe el camino. Su partido del domingo debe ser el espejo donde mirarse.