Primer partido, primer disgusto y primera decepción. Un Mallorca sin ideas perdió en el estreno de la Liga ante un Rayo Vallecano que se limitó a aprovechar la inoperancia de su rival. Un gol del rayista Isi a los cuatro minutos de la segunda parte sentenció a los de Luis García, que suspedieron sin paliativos en su estreno. El nuevo técnico mallorquinista tiene mucho trabajo por delante. En primer lugar, cambiar la mentalidad de unos jugadores alicaídos, sin chispa, derrotados al mínimo contratiempo. El gol encajado a los cuatro minutos de la segunda parte, en lugar de ser un acicate, fue un palo insuperable. El equipo se quedó seco, ante la impotencia de su entrenador, con la mosca tras la oreja por el papelón de la mayoría de sus jugadores.

  La primera parte fue un querer y no poder del Mallorca, que exhibió sus muchas carencias, muchas más de las que se preveían tras una pretemporada más que digna, acentuadas por la incomprensible ausencia de Salva Sevilla en el once inicial. Luis García, nuevo técnico mallorquinista, ha contado con el andaluz toda la pretemporada, pero incomprensiblemente, en el estreno de la Liga, se quedó en el banquillo, sustituido por un Febas invisible toda la tarde. El técnico sabrá mejor que nadie el motivo de su decisión. Su explicación tras el partido no convenció. Lo cierto es que el almeriense no entró hasta la segunda parte. Lo mismo se puede decir de Budimir, único delantero de garantías del equipo. Por mucho que no haya jugado un solo minuto en toda la pretemporada, su presencia es innegociable en el once inicial, al menos mientras forme parte de la plantilla. Y si finalmente se marcha al Valladolid, el Mallorca tendrá un problema añadido, y no menor, porque Alegría y Abdón no suponen garantía de nada, como se pudo comprobar ayer con el primero, inédito toda la tarde.

Las virtudes que mostró el equipo durante la pretemporada se esfumaron en el primer compromiso oficial. No presionó y, lo que es peor, no tuvo en ningún momento el control del partido. Le costó horrores crear. El Rayo, entrenado por Andoni Iraola, el técnico que negoció su fichaje por el Mallorca este verano en un viaje fantasma a Palma, era mucho más intenso y ordenado. Aunque en la primera parte se mostró algo conservador, jugando a verlas venir, no se sintió intimidado ni una sola vez en toda la tarde. 

  Ante la pasividad local, los de Vallecas fueron decididos a por el partido en el segundo periodo. No pudo empezar peor porque a los cuatro minutos Isi batió a Reina tras una concatenación de errores de la defensa. Primero Lago, después Sastre, que se dejó ganar la espalda por Fran García, que puso un gran centro en el área para que Isi, con la complacencia del canterano Bravo, adelantara a su equipo. Los laterales es una de las muchas asignaturas pendientes de esta plantilla. A la espera de la llegada de Cufré, Oliván debe ocupar el lateral izquierdo. En el derecho, haría bien Luis García en dar una oportunidad a Fran Gámez porque Sastre sigue lejos de ser el que un día fue.

  Luis García no tardó en realizar los cambios. Por partida triple. Salva Sevilla, Luka y Budimir entraron a los diez minutos por los inoperantes Febas, Stoichkov y Alegría, que quedaron señalados. Su aportación fue nula. Y la de los recién entrados no fue mucho mejor. No cambió nada en el equipo, que no encontró soluciones ante un rival que con el paso de los minutos estaba más asentado sobre el terreno de juego.

  Los madrileños pudieron marcar el segundo, de nuevo en las botas de Isi, cuando en el minuto 57 su remate fue respondido con una gran intervención por Reina, que siete minutos después se volvió a lucir a disparo de Fran García. El guardameta fue el mejor de su equipo, un dato que dice mucho y bien del malagueño, pero muy mal del colectivo. Luis García, visiblemente molesto en la pausa de hidratación, quemó el último cartucho al dar entrada a Trajkovski por Baba a falta de diez minutos. Pero nada cambió. Descifrar a qué jugó el Mallorca es un misterio de difícil solución. Ningún dato positivo deja este partido y sí muchas dudas. Es imprescindible un giro radical para poder hablar de aspirar al ascenso, un sueño de momento imposible tras el triste espectáculo ofrecido en el estreno.

LA CARA: Manolo Reina evitó que el resultado fuera más amplio

El Mallorca estrenó categoría y nuevo cuerpo técnico de manera oficial ayer frente al Rayo, pero lo que no ha cambiado es que Manolo Reina sigue siendo fundamental en el equipo. Si no fuera por él, los de Iraola se habrían marchado de Son Moix con más goles en su haber.

El guardameta, que poco pudo hacer en el gol, intervino en tres ocasiones muy claras del equipo de Andoni Iraola. Una gran estirada en el en el minuto 57 evitó un nuevo tanto de Isi Palazón, goleador de la tarde. Siete minutos más tarde, tras una pérdida de Luka, fue Fran García quien probó fortuna con un fuerte disparo que hizo un extraño y que por poco evitó que entrara en la portería. Espectador en la primera parte, Reina aguantó al equipo en la segunda mitad, aunque el empate no llegó. 

LA CRUZ: Iván Bravo pecó de inocencia en el gol de Isi Palazón

El nivel de los jugadores frente al Rayo Vallecano fue muy bajo, pero la acción del gol, a la postre definitiva, sacó a relucir las carencias del equipo en los laterales. Primero fue Sastre, al que ganaron muy fácil la espalda, y luego Iván Bravo, que perdió de vista al delantero rival dentro del área y vio cómo se le adelantó con mucha facilidad para batir con tranquilidad a Reina. 

No hay que desprestigiar a un jugador por una jugada, y más a un futbolista que debutó ayer en el fútbol profesional, pero cometió un error imperdonable a la hora de defender un centro lateral. Bravo, muy activo durante todo el partido, se perfiló muy mal en la jugada sin ser consciente de que a su espalda Isi entraba sin oposición. Acabó siendo sustituido por Oliván, aunque también dejó detalles de su calidad durante el encuentro.