Sería una temeridad sacar conclusiones del primer amistoso de la pretemporada, que también suponía el debut de Luis García Plaza en el banquillo y ante todo un Primera División como el Levante, pero lo cierto es que el Mallorca dio la cara (2-1). Perdió, cierto, por culpa de errores que recuerdan a tiempos muy recientes, pero también dejó detalles para la esperanza sobre el césped del Pinatar Arena de Murcia. No se notó la diferencia de categoría, ni mucho menos, un aspecto a tener en cuenta porque en la durísima Segunda División no se encontrará rivales de tanto calibre.

Se notó la mano del técnico madrileño, empezando por el sistema de juego utilizado, con un 4-2-3-1 en el que sorprendió su apuesta, en esta caso fallida, por Sedlar como pivote, y la confianza en Rafel Obrador, de dieciséis años, en el lateral izquierdo, y Luka Romero, de quince, incrustado en la banda derecha.

No se habían jugado ni dos minutos y algunos de los fallos que condenaron al descenso a Segunda con Vicente Moreno ya se habían producido. Jorge de Frutos se adelantó al propio Obrador para rematar a placer en una acción en la que los granotas se aprovecharon de la falta de tensión de la zaga. Un fallo coral que no afeó las ganas de gustar del Mallorca, que se mostró mucho más cómodo atacando que defendiendo.

Salva Sevilla probó fortuna con un tiro lejano que obligó a lucirse a Aitor Fernández. Precisamente el almeriense provocó otra ocasión al robar el balón, cedérselo a Dani Rodríguez, que ganó la espalda a la zaga y su pase fue desperdiciado por Lago, que disparó al cuerpo del meta. El problema es que el Levante, con muy poco, volvió a hacer daño. Sedlar no cortó un balón en una contra y Melero, en el minuto veintidós, batió a Reina con un tiro raso.

El Mallorca sufrió por la bandas a la hora de recular, un aspecto que deberá corregir para sufrir lo menos posible. De hecho, Luis García colocó a Lago como lateral y adelantó a Obrador, que estaba sufriendo demasiado. Luka Romero demostró personalidad en numerosas acciones e incluso probó fortuna con una semivolea que se estrelló en un defensa.

No obstante, lo mejor de la noche llegó en el minuto treinta y cuatro con un soberbio disparo desde fuera de área de Salva Sevilla que dejó sin respuesta a Aitor Fernández. Un golazo en toda regla que recortó distancias.

La entrada de Baba en la segunda parte supuso que los baleares estuvieran más ordenados y mostraran más consistencia en el centro del campo. Los valencianos apenas crearon peligro, aunque es cierto que los intentos ofensivos del Mallorca se limitaron a disparos desde demasiado lejos de Salibur y Abdón, que se fuerondesviados. Queda mucho por hacer, pero los de Luis García tienen motivos para creer que este es el camino. Eso sí, faltan refuerzos como el agua en el lateral y en los extremos. Como mínimo.